
Después de varias especulaciones, Volvo confirmó oficialmente que la V90 dejará de fabricarse a finales de este mes, marcando el final de una era para una de las vagonetas más representativas. La marca sueca, propiedad de Geely, no planea un sucesor directo y analiza incluso abandonar por completo este tipo de carrocería, que alguna vez fue su icónica e insignia dentro de la marca.
El propio CEO de Volvo, Jim Rowan, declaró que la última unidad del V90 se fabricará en septiembre, y adelantó que la V60 tampoco tendrá una nueva generación cuando llegue el momento de su relevo.
Aunque la V90 desaparece, su hermano sedán, el Volvo S90, se mantiene con vida en algunos mercados específicos como China y otras regiones de Asia. No obstante, su reemplazo global será el Volvo ES90, un eléctrico con cinco puertas que apuesta por mayor practicidad y cero emisiones.
En paralelo, Volvo rescató el nombre XC70, que en el pasado correspondía a una vagoneta de corte aventurero. Sin embargo, el nuevo modelo no es una station wagon, sino una SUV híbrida enchufable de larga autonomía enfocada en el mercado chino. Incluso la denominación Cross Country sigue activa pero igual lejos de sus orígenes.
La salida del V90 abre una oportunidad para la competencia alemana. Modelos como el BMW Serie 5 Touring, el Audi A6 Avant y la Mercedes-Benz Clase E Estate seguirán disponibles en varias regiones como Europa donde todavía tienen mucha demanda.
Como sea, va a ser muy extraño que Volvo se despida de una de las carrocerías que más le dieron identidad en su historia.