
En tiempos donde la electrificación domina titulares, Infiniti sorprendió en una conferencia de distribuidores en Las Vegas al anticipar algo que parecía olvidado: un sedán deportivo con tracción trasera, caja manual y motor biturbo.
El nuevo modelo estará construido sobre la plataforma del Nissan Skyline Sedan en Japón, tal como sus antecesores, y montará una evolución del V6 biturbo de 3.0 litros que hoy entrega 400 hp en el Nissan Z. Lo más interesante: Infiniti no descarta un Q50S Red Sport aún más poderoso, con ajustes en admisión y escape para elevar la cifra de caballos.
Para una marca que en los últimos años perdió protagonismo en el segmento premium, la jugada parece arriesgada, pero también lógica: pocos rivales ofrecen hoy un sedán de lujo con transmisión manual.
En Estados Unidos, ese ecosistema se limita al Acura Integra, los Cadillac Blackwing y el BMW M2, aunque este último es coupé. Infiniti quiere diferenciarse apostando por un producto de nicho que podría seducir a los millennials mayores y a la generación X, quienes crecieron con los Maxima y G35 manuales a inicios de los 2000.
En diseño, Infiniti mostró un teaser en video con un perfil bajo, faros estilizados y calaveras circulares inspiradas en el Skyline, lo que confirma que buscarán un lenguaje visual cargado de herencia japonesa.
“El nuevo Q50 será inesperado y sin complejos”, declaró Tiago Castro, vicepresidente de Infiniti Américas, confirmando que la marca quiere recuperar a los entusiastas con un sedán auténtico.
El Infiniti Q50S 2027 apunta a un lanzamiento a finales de 2027 y se perfila como una de las últimas grandes apuestas por el placer de conducción analógico en un mercado cada vez más regulado y electrificado. Mientras algunos sueñan con autonomía total, Infiniti quiere que vuelvas a meter primera, soltar el clutch y sonreír.