
Lotus niega categóricamente que esté cerrando su histórica planta en Hethel, Reino Unido, pero la realidad detrás del telón cuenta una historia más compleja.
Mientras la marca asegura que “el Reino Unido es el corazón de Lotus”, lo cierto es que la fábrica, hogar del Emira y del hypercar eléctrico Evija, lleva parada desde mayo por temas de inventario y trabas logísticas relacionadas con aranceles estadounidenses.
La situación pinta preocupante, pues son menos de 560 Emiras producidos en el primer trimestre de 2025, un desplome del 50% comparado con el año pasado. Se habla incluso de atrasos en pagos a proveedores, y fuentes internas de Lotus filtraron que Hethel podría apagarse definitivamente en 2026.
En 2024 prometieron 150,000 autos al año para 2028, impulsados por los SUV eléctricos Eletre y Emeya ensamblados en Wuhan, China. Pero con las ventas detenidas en EE.UU. tras la imposición del 100% de aranceles, la jugada eléctrica de Geely se vino abajo: menos de 720 unidades vendidas en el primer trimestre globalmente, muy lejos de las 30,000 previstas.
Hoy Lotus evalúa fabricar autos en Estados Unidos para esquivar los aranceles. El CEO Feng Qingfeng confirmó que están explorando la “localización” y todo apunta a la planta de Volvo en Carolina del Sur, infrautilizada y con capacidad para 150,000 unidades.
Ahí podrían nacer los nuevos Eletre y Emeya con tren motriz híbrido extendido (EREV), capaces de recorrer hasta 1,094 km combinando batería y gasolina.
Hethel, pese a su modernización reciente de $140 millones, corre el riesgo de quedarse atrás. Incluso el Emira migraría a EE.UU. para simplificar producción. Con su futuro motor exclusivo de Mercedes-AMG, este Lotus aún puede vivir siempre y cuando la marca también sobreviva. Y eso, en este momento, no está garantizado.