
Skoda decidió traer a la vida a la legendaria Slavia B, de la mano del diseñador francés Romain Bucaille, miembro del departamento de diseño exterior en Skoda Design.
La nueva Slavia B luce como una cafe racer futurista y Bucaille decidió reinterpretar a esta moto adaptando las formas de la Slavia B a los cánones del actual lenguaje de diseño Modern Solid de Skoda por lo que el cuadro trapezoidal de la motocicleta original sigue presente aunque sin motor a combustión, dejando en su lugar un espacio hueco en forma de cuña donde parece flotar el logo de Laurin & Klement.
También, el asiento monoplaza parece flotar y para viajar en el tiempo encontramos la presencia de un estuche de cuero que allá por 1899 permitía llevar herramientas y recambios pequeños.
En este ejercicio de diseño, el tren motriz es eléctrico y se aloja en el extremo inferior posterior del chasis, desde donde transmite su potencia a la rueda trasera.
A pesar de que no hay cifras, este prototipo evoca el carácter deportivo de la Slavia B original y por consiguiente sus éxitos en competición entre los siglos XIX y XX.