
El Bentley Speed Six no solo fue uno de los autos más importantes de la marca británica en sus primeros años, sino que también fue una bestia en las pistas de carreras, por lo que marcó una época para la marca y para el automovilismo.
El Speed Six era una versión de alto rendimiento basado en el chasís del Bentley 6½ Litre, fue equipada con un enorme motor de seis cilindros en línea y 6.6 litros. En su versión para carreras, desarrollaba unos 180 hp, una cifra impresionante para su época.
Con un chasís más rígido y enfocado en la pista, el Speed Six se convirtió en el arma predilecta de los legendarios 'Bentley Boys', ese grupo de aristócratas adinerados y temerarios que convirtieron a la marca en un ícono del automovilismo.
La cima del Speed Six llegó en Le Mans, pues ganó las 24 Horas en 1929 y 1930, ambas veces liderando avasalladoramente. La victoria de 1929 fue especialmente dominante: el coche de Woolf Barnato y Tim Birkin lideró de principio a fin, mientras que otros tres Speed Six terminaron segundo, tercero y cuarto.
Más allá de sus éxitos en pista, el Speed Six también fue un coche de lujo para la carretera, disponible con carrocerías hechas a medida por los mejores carroceros británicos como acostumbra la firma.
Hoy, el Bentley Speed Six es una leyenda viviente, símbolo de una época en la que la elegancia y la velocidad se encontraban en una misma máquina.
Incluso un Speed Six de la serie Continuation se envió a finales del año pasado a Estados Unidos, el primero en ser entregado desde 1930. El comprador es John Breslow, un cliente actual de Mulliner.
El encargo se realizó en poco más de 12 meses con el diseño clásico, carrocería Parsons Napier Green sobre un chasis pintado de negro. Además de acabados en cromo con una malla protectora y separados por un gran número "4" en el radiador.
Esta belleza fue fabricada a mano desde cero y es el que puedes apreciar en estas fotos.