
En esta industria hay modelos que tienen nombres de leyenda por diferentes razones. Estos nombres pueden generarse en las pistas, en las calles o incluso en cualquier parte del mundo a la que un off-roader tenga acceso. Justo en este último ámbito es donde creció la leyenda de la Land Rover Defender, una camioneta derivada del trabajo militar que poco a poco se convirtió en sinónimo de aventura, capacidad, durabilidad y estatus. Tras décadas de seguir una fórmula segura, la marca decidió reinventar su producto estrella para una nueva era y un nuevo tipo de clientes.
En 2019 conocimos esta nueva era que se construyó sobre los cimientos de las Series I,II y III. Una camioneta nueva que cambiaba en todo sentido, incluso dejando atrás la clásica construcción de carrocería sobre chasis para adoptar una “unibody” que sin duda alguna la pone al día en seguridad, capacidades tecnológicas. refinamiento de marcha, pero sacrificando un poco de su extrema versatilidad fuera del asfalto.
Este cambio fue controversial en su momento, especialmente para los más puristas, sin embargo, para los clientes cada vez más exigentes, esto dio en el blanco. Ahora la Defender puede ser un producto de lujo que se puede usar a diario y en caso de ser necesario también aventurarse a cruzar algunos de los caminos más difíciles que se pueden encontrar en algunas partes del mundo.
Su imagen sin duda alguna busca respetar su legado, pero con algunos trazos de la nueva era. Por ello parte de los faros sigue siendo redonda, la silueta es cuadrada e incluso mantiene las clásicas ventanillas sobre los pilares en el techo. Además, su adaptabilidad para llevar cuantos aditamentos sea posible sigue siendo impresionante.
En esta nueva era Land Rover ofrece a la Defender en tres sabores: 90, 110, y 130. Con ello delimitan principalmente el espacio en la camioneta. La variante 90 es la más clásica sólo con dos puertas y una longitud máxima de 4.5 metros de largo. La 110 se coloca como una camioneta media de hasta 5 metros de largo y dos filas de asientos.
Mientras que la 130 llega a las tres filas de asientos y una longitud máxima de 5.3 metros de largo, casi tanto como una Suburban.
Su gama se compone de versiones: S, X Dynamic SE, X, V8, OCTA y OCTA Edition One. Cada una con un enfoque bien definido con una enorme variedad de equipo de serie, pero también opcionales que le ayudan a hacer que cada Defender sea única.
El nivel de equipo es enorme, desde lo último en conectividad, entretenimiento y confort, hasta lo mejor en asistencias avanzadas a la conducción y tecnología en tren motriz para poder enfrentarse a caminos difíciles.
El modelo que pudimos manejar durante nuestra visita a Destination Defender fue una Land Rover Defender S que para moverse usa un motor de seis cilindros turbo de 3.0 litros capaz de generar 400 hp y 405 lb-pie de par (550 Nm) que a su vez llegan a las cuatro ruedas a través de una caja automática de 8 cambios fabricada por ZF, uno de los líderes en la industria en tales componentes.
Por si fuera poco, también contaba con suspensión neumática que le ayudaba a elevar o bajar su altura libre al suelo para un manejo más dinámico en carretera o bien, para tener cuanta altura libre al suelo fuese necesaria para evitar los obstáculos que tuvimos en nuestra ruta off-road.
En las versiones más capaces la Defender es capaz de alcanzar una altura libre al suelo de 32.3 cm, tener ángulos de ataque, salida y ventral de: 40.2°, 42.8° y 29°. Además, una capacidad de vadeo de hasta 1 metro.
Claramente la electrónica también juega un papel importante. Por ello cuenta con modos para arena, lodo, rocas, nieve y más. Sorprende lo bien que puede navegar en situaciones de baja adherencia, además de lo mucho que puede inclinar y cómo puede encontrar tracción para mantenernos en movimiento.
Dentro de su gama, también hay variantes V8, una supercargada con 500 hp y otra biturbo con un V8 de 4.4 litros capaz de producir hasta 635 hp. Este último es el modelo OCTA todo un todoterreno de alto desempeño al estilo Baja.
Los precios de estos SUV van de $1,935,000 a $5,020,000 pesos mexicanos antes de opciones.
