Invariablemente, esta noticia me alegra, pues esto es lo que deberían hacer todas las potencias del mundo: desarrollar ciencia, cura para enfermedades, tecnología que evite el cambio climático, y no así armas, poder destructivo ni tecnología bélica que tanto daño le hacen a la humanidad. Ok, no todo se puede, pero el hecho de que Rusia planee desarrollar su propio auto eléctrico es infinitamente mejor que desarrollar la próxima arma de largo alcance.
Y es que luego del Foro Económico Internacional de San Petersburgo, trascendió la intensión de aquel país en invertir cerca de 900 millones de dólares en el desarrollo de una arquitectura automotriz rusa. El plan es tan serio que incluso el Parlamento ruso ya ha aprobado la iniciativa y será responsabilidad del Instituto Central de Investigación de Automóviles y Motores de Automoción, quien, a su vez, también será encargada del diseño.
En su participación en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, Natalia Nikipelova, presidenta de TVEL que, a su vez es filial de la estatal rusa, Rosatom, destacó la importante necesidad de este desarrollo y su repercusión económica en la producción masiva de autos eléctricos, lo cual podría resultar en el primer modelo eléctrico fabricado 100% en rusia.
Mientras todo va tomando su curso, Rosatom ya construye un par de plantas de producción de celdas, baterías y motores para modelo eléctrico e híbridos que usarían esta nueva plataforma.