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Toyota RAV4 EV: aquella camioneta con motor Tesla, carga inductiva de GM y adelantada a su época

Hoy Toyota no tiene como prioridad a los autos eléctricos, sin embargo, en su momento fueron parte de los pioneros en esa movilidad.

Toyota RAV4 EV: aquella camioneta con motor Tesla, carga inductiva de GM y adelantada a su época

La Toyota RAV4 en nuestros días es todo un referente en cuanto a camionetas híbridas, sin embargo, entre finales del siglo pasado e inicios del actual, la idea de una RAV4 eléctrica invadió a Toyota y pusieron manos a la obra hasta que lo lograron, incluso fabricaron dos generaciones de este producto.

La primera iteración de esta camioneta nació en 1997 cuando la marca decidió crear una variante con la tecnología y materiales disponibles en aquella época. En ese sentido, hablamos de una camioneta con un kit de baterías de níquel que tan solo lograban una capacidad de 27 kWh.

Este pequeño paquete lograba, acorde a la marca, 215 km de autonomía por carga, sin embargo, a través de las pruebas de la EPA en Estados Unidos, se reveló que en el mundo real su autonomía era más cercana a unos 152 km.

Otro punto importante que limitaba algo su autonomía era su peso, pues esta variante marcaba en báscula 1,539 kg, que son cerca de 250 kg más que una variante solo a gasolina. En cuanto a poder, su motor era bastante modesto, en ese sentido presentaba un total de 67 hp y 140 lb-pie de par.

Con lo anterior en mente el 0-96 km/h le tomaba 18 segundos y su velocidad punta era de solo 125 km/h. Algo sumamente limitado para lo que vemos en nuestros días, pero más que sorprendente para el punto tecnológico en el que nos encontrábamos en aquel entonces.

Algo sorprendente es que Toyota tenía la posibilidad de entregar esta RAV4 con un cargador inductivo desarrollado por General Motors para el Chevrolet EV-1 de algunos años antes. Este cargador tendría la capacidad de dar hasta 8 kW de poder por lo que su batería podía llenarse en aproximadamente seis horas. Lo mismo que le tomaría conectarse a un cargador de 240 V, aunque esa solución tenía un costo extra de $3,750 dólares, es decir, unos $70,000 pesos extra.

El precio de esta primera generación era de $42,000 dólares, es decir, unos $791,000 pesos mexicanos. Se tienen documentos en los que Toyota dice haber vendido 328 unidades de esta camioneta. Ocasionalmente una que otra sale a la venta en sitios de subasta, con un modelo que llevaba más de 296,000 km recorridos y con los elementos originales de mecánica.

Una segunda generación hecha en colaboración con Tesla

La primera generación estuvo algo limitada en varios sentidos y se notaba que la tecnología de su tren motriz necesitaba madurar más. Por ello mismo la marca decidió terminar su producción para esperar y trabajar en mejores soluciones a futuro. Es así como en 2010 Toyota anunció el trabajo sobre una segunda generación de este producto.

Lo más llamativo de esta nueva interpretación es que Toyota no trabajaría sola en crear esta camioneta, pues eligieron a Tesla como su aliado para trabajar en el tren motriz completo, incluyendo los motores, la batería y las computadoras que controlaban el actuar de todo el tren motriz.

Todo esto se logró con una inversión cercana a los 100 millones de dólares y el trabajo en conjunto de personal de Toyota y Tesla en la planta de ensamblaje que tiene la firma japonesa en Canadá.

Para poder moverse Tesla adaptó uno de sus motores eléctricos con 153 hp y una batería de 42 kWh que le daba una autonomía de 165 km por cada carga. Gracias a que era más poderosa que la primera generación su 0-100 km/h prácticamente se redujo a la mitad. En ese sentido esa velocidad la alcanza en 7.5 segundos.

Cabe destacar que para esta segunda generación la carga inductiva fue desechada y solo se podía cargar por cable, como hoy se cargan todos los eléctricos que conocemos.

La colaboración de ambas marcas se había hecho con el fin de producir unas 2,600 unidades, sin embargo, el costo, la falta de puntos de carga y su autonomía hicieron que tanto las ventas como las cifras de arrendamiento fueran mucho más bajas de lo que se esperaba, por lo que Toyota decidió terminar su producción tan solo dos años después de su salida al mercado.

En la laguna de los rumores se dice que Toyota y Tesla habrían firmado una cláusula que les permitía extender su colaboración por más tiempo y con más productos para fortalecerse de cara a esta nueva era. Sin embargo, los resultados de ventas de la RAV4 EV y el punto en el que se encontraba la electrificación masiva por ese entonces hizo que Toyota decidiera no ir más allá con Tesla, terminando lo que pudo ser una de las colaboraciones más grandes e importantes de la industria.

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