El Nissan Juke prácticamente inauguró el boom del segmento de los B-SUV a nivel global, cuando se presentó, eran una minoría, pero hoy son los que más dinero llevan a las arcas de varias marcas. En México el Juke también fue uno de los primeros en atacar ese mercado y a pesar de su diseño disruptivo logró colocar buenas ventas en sus primeros años. Sin embargo, con el paso del tiempo, su rareza propia y la llegada de modelos más convencionales fueron mermando su éxito, al punto de cancelar la llegada de su siguiente generación.
A un par de años de conocer a su segunda iteración; también llega el turno de ver cómo evoluciona el Nissan Juke para su segunda mitad de ciclo. En este caso, mantiene el diseño disruptivo, pero considerablemente más proporcionado.
Además, se estrena con una edición especial llamada IKON que trae de regreso a la segunda generación la carrocería en color amarillo, pero ahora sólo contrastada en color negro. Esta variante, estará limitada en unidades y supone el nivel más alto de equipamiento que pueda llevar la actualización.
Cómo es costumbre en estos modelos, solo hay un ligero retoque de fascias y rines. Mientras que en el interior hay algunos detalles nuevos y mejor nivel de equipamiento. Por un lado tenemos la introducción de una nueva pantalla táctil de 12.3” para el sistema de infoentretenimiento con nueva interfaz visual y con mejoras para añadir widgets y varias otras funciones, además de conectividad inalámbrica para Apple CarPlay y Android Auto.
Otra mejora es el software de reconocimiento de comandos de voz para recibir comandos más naturales. Al menos en los mercados donde sigue en activo, añaden el GPS de forma nativa con alerta de radares de tráfico, así cómo la posibilidad de reproducir contenidos multimedia en la pantalla central.
De igual forma, el cuadro de instrumentos digital, ahora está disponible en las versiones intermedias en adelante y no reservado solo para los tope de gama. También a toda la gama llega el aviso de abandono de carril.
Bajo el cofre solo se ofrece con un tren motriz híbrido que puede alcanzar los 143 hp o una versión a gasolina con motor de 117 hp.
Teniendo en cuenta todo el equipo, el cambio de diseño y la popularidad de ese segmento en nuestro país, nos hubiera hecho mucho sentido ver a este modelo llegar a México. Desafortunadamente, la única fabrica encargada de su producción se encuentra en Reino Unido, por lo que la importación se vería afectada por varios impuestos y costos de traslado que seguramente afectarían mucho su precio al público. Por ahora solo nos queda desear que esta generación se hubiera mantenido en México.