Emitida originalmente entre 1975 y 1979 en EE.UU., para luego ser repetida eternamente en nuestras pantallas, Starsky y Hutch es una de esas tantas series que además de sus protagonistas humanos tenía la participación estelar de un auto.
El Ford Gran Torino de la tira -también protagonista en la película de 2004 protagonizada por Ben Stiller y Owen Wilson- es un clásico inoxidable (al menos para los más grandes) desde su carrocería roja con la peculiar franja blanca, hasta su V8 de grosera cilindrada que podía ir de los 5.7 a los 7.5 litros, dependiendo de la configuración.
Si bien a los protagonistas de la serie no les gustaba el auto, especialmente porque no era apto para pasar desapercibido cuándo sus personajes estaban investigando, a muchos los volvió locos y por eso no solo Ford comenzó a vender una versión con el estilo Starsky y Hutch, pero también muchos decidieron personalizar el suyo para que coincidiera con el de la TV.
Este Gran Torino pertenece al caso de los personalizados post fábrica y además su anterior dueño reemplazó el V8 original por uno de 7 litros (429 pulgadas cúbicas) al que le asoció una caja automática C4 de tres cambios.
Otras mejoras del Gran Torino incluyen aire acondicionado, dirección asistida, escape doble y llantas de 15” con caucho 255/60 adelante y 275/60 atrás, además de la luz de policía magnética para colocar en el techo para sentirse todo un detective.
Con 28.000 millas (45.000 km) en el odómetro (hay que ver cuántos más acumulo en realidad) esta unidad de 1975 está valuada en USD 17.500 en el sitio Bring a Trailer. ¿Los pagarías?