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Industria

Motor de arranque: ¿De qué hay los tacos?

Ante la falta de vehículos, los compradores toman su tercera, cuarta o hasta quinta opción

Motor de arranque: ¿De qué hay los tacos?

Nos ha pasado a todos, el hambre nos agarró lejos de la taquería y cuando finalmente llegamos, nuestros tacos favoritos ya se han acabado. Es ese momento que dices: de que no me guste a morir de hambre, vamos por lo que haya. En la industria automotriz está pasando un fenómeno similar, el cliente no encuentra el auto que quiere en la agencia que buscaba y se va a la segunda opción, a la tercera y hasta la cuarta o quinta si es necesario, para terminar llevando el auto que encontró, no el que le hubiera gustado. Este fenómeno, consecuencia de la escasez de autos nuevos a escala global, produce distorsiones y hace que veamos al menos dos marcas que tradicionalmente estaban ubicadas entre las 10 más vendidas, fuera de esa lista. Me refiero a Honda y Mazda, casi vecinas en sus centros de producción que se encuentran en Celaya y Salamanca, estado de Guanajuato. Pero al menos en lo que se refiere a Mazda, esto debe cambiar pronto con el aumento de su producción e importación, de hecho, hasta bajaron el precio de la versión básica del Mazda2, lo que deberá mejorar y mucho su volumen de ventas.

Claro que no hay que menospreciar el excelente trabajo de entrada al mercado de MG. Con buena cantidad de agencias, autos de diseño agradable, con la mezcla que encaja perfectamente en lo que busca el mexicano, es decir, un sedán en la base y tres camionetas hacia arriba, la marca británica de dueños chinos deja en claro que llegó con todo, aún más cuando vemos su garantía de siete años y sus precios. Pero claro que queda la duda sobre si MG hubiera vendido lo que vendió si las demás -incluyendo la aún líder Nissan- tuvieran el inventario de siempre. O si ellos no hubieran tenido la oferta pronta que tuvieron.

Hablando de chinos, más vale que el mercado -hablo de marcas y consumidores- esté muy atento al arribo de Chirey, que debe entrar con todo en México, con muchas agencias, de grupos fuertes y buenos productos.

Cuando pruebas lo nuevo

Otra distorsión que la escasez de autos en las agencias ha producido se refleja en listas de espera mayores de lo debido. Parte del problema de esas inmensas listas es que muchos clientes, ante la falta del o de los productos que buscan, se apuntan en varias marcas distintas para ver cuál de ellas le surte primero. Una vez que esos clientes reciben uno de los autos para los que se habían apuntado, salen de las demás listas y si el distribuidor contaba con esa venta, ya no puede hacerlo.

Y son ellos, los distribuidores, los más felices del mundo con la escasez de coches. Porque en su operación diaria, el costo de tener inventario -en el argot de los dealers el llamado “plan piso”, es decir, el crédito revolvente que los permite adquirir los autos a la planta- simplemente deja de existir. Ese costo puede ser de hasta 20% de su operación. Además, como hay más clientes que coches, se pueden dar el lujo de vender solo a los que les dejan más dinero, es decir, a los que compran a crédito, se hacen de accesorios, garantías extendidas y otros servicios similares. En tiempos “normales” los distribuidores necesitan convencer a los clientes con ofertas, regalos y descuentos.

Sin embargo, los distribuidores no deberían estar tan contentos. Primero porque los fabricantes perdieron mucho dinero desde la pandemia. Solo en 2021 se produjeron 11 millones de vehículos menos en todo el mundo. Las pérdidas globales rebasaron solo el año pasado, 200 mil millones de dólares. Y el detalle es que un cliente que se fue a otra agencia, puede que ya no regrese.

Me pasó hace algunos años que mi taquería favorita no estaba abierta un determinado día. Un poco frustrado, salí a buscar otra y no tardé mucho en encontrar. Para mi sorpresa, me gustaron más los tacos de la nueva taquería que de la anterior, a donde ya no regresé. Esto puede pasar con los coches, porque la marca no logra entregar su producto a tiempo. Los distribuidores que hoy tratan a los clientes como haciéndoles el favor, cuando el mercado se normalice puede que tampoco los recupere. Estar arriba o abajo es circunstancial, por eso conviene estando arriba, no pisar a los que ahora están abajo, porque las cosas eventualmente se van a revertir.

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