A veces las noticias llegan por los canales más insospechados. Tanaka, con 75 años, era parte del Club MX-5 en Japón y fue precisamente un amigo cercano a él y participante del club quien dio la lamentable noticia por Facebook, la cual llegó a algunos medios, para luego viralizarse. Es importante señalar esto, puesto que Tanaka era un hombre hermético del cual no se sabía mucho. De hecho, tampoco se conoce públicamente cuales fueron las causas de su muerte, aparte de las que -según se dice- fueron sus últimas palabras: "no me arrepiento de nada".
Y poco tiene de que arrepentirse, puesto que fue el mismísimo diseñador del Mazda Miata (Mazda MX-5 o Eunos Roadster), el deportivo que le volvió a dar vida a los convertibles, como por ahí citaron en CarBuzz "el Porsche 911 de los deportivos compactos".
Desde California a Japón
El Miata original nació en el centro de diseño de Mazda en California y fue ganador del proyecto LWS en 1984. Los otros dos prototipos participantes llegaron desde Tokio (deportivo de motor central) e Hiroshima (deportivo de motor frontal y tracción delantera). Sin embargo, una cosa es ganar el proyecto y la otra es que se lleve a cabo. El V705, que resultó ser el prototipo ganador, triunfó cuando le sacaron el techo rígido que cubría su habitáculo.
Es notable señalar que, aunque Shunji Tanaka era el jefe de los departamentos de diseño y no estaba muy conforme con la maqueta original (diseñada por Mark Jordan; encontraba que le faltaba la delicadeza japonesa), nunca se le apunto como un personaje importante en el desarrollo del MX-5, al contrario de Toshihiko Hirai, el periodista Bob Hall o Takao Kijima. De hecho, Hirai fue el responsable de digitalizar el diseño, elemento clave en el desarrollo del Miata, puesto que es el primer auto de Mazda que era diseñado con tecnología CAD (diseño asistido por computador).
El Mazda Miata es la reinterpretación del clásico roadster británico. Tomó muchas influencias del Triumph Spitfire y también del Lotus Elan, especialmente en su frontal. La meta del Miata nunca fue ser el más veloz, pero si el más entretenido y esa es una máxima que se ha mantenido hasta el día de hoy, gracias a su tracción trasera, su configuración biplaza, su diseño amistoso y su interior minimalista. Al conducirlo se genera ese valor japonés que a Mazda tanto le gusta: el Jinba-Ittai, jinete y caballo, como uno solo.
El resto, como se dice, es historia y hay bastante que agradecerle a Tanaka por el estilo atemporal e icónico del biplaza de Mazda. Que descanse en paz.