Finalmente, el hidrógeno comienza a convertirse en una alternativa energética real. Luego de años donde sólo Honda y Toyota ofrecieron opciones de celdas de combustible, a los que se sumó luego Hyundai, hoy vemos que varios otros fabricantes han anunciado desarrollos o lanzado modelos equipados con esta tecnología denominada Fuel Cell.
Ahora se suma el consorcio británico Jaguar Land Rover, que acaba de anunciar el incio de las pruebas de una tecnología propia de celdas de combustible alimentada por hidrógeno, como parte del plan estratégico del grupo que promete tener autos libres de emisiones para 2036, y una operación completa sin emisiones de CO2 para 2039.
Este prototipo comenzará sus pruebas dinámicas en 2021 y utilizará la plataforma del nuevo Land Rover Defender, aunque la marca no ha confirmado si será éste el modelo escogido para hacer debutar esta tecnología a nivel comercial, ni tampoco cuándo planea vender un vehículo movido por hidrógeno.
La tecnología FCEV utiliza un motor eléctrico para mover las ruedas del auto, que se alimenta de una batería instalada en el auto. Hasta ahí no hay diferencias con un eléctrico convencional. Sin embargo, la batería se carga desde una celda de combustible, donde se convierte el hidrógeno en electricidad. El hidrógeno se almacena en tanques a alta presión, tal cual se almacena la gasolina en un auto normal.
Las ventajas del hidrógeno respecto de un auto 100% eléctrico es que su autonomía puede duplicar la de un modelo EV, que los procesos de carga tardan no más de 3 o 4 minutos y no horas, y que hay mínimas pérdidas producidas a baja temperatura, que sabemos, afecta seriamente a las baterías.
Jaguar Land Rover indica que desde 2018, el número de autos equipados con tecnología de hidrógeno se ha duplicado, mientras que las estaciones de carga se han incrementado en un 20%. Algunas proyecciones citadas por la marca indican que para 2030 habrá más de 10 millones de vehículos FCEV rodando por las calles del mundo y habrá más de 10 mil puestos de recarga de hidrógeno.