Es increíble lo que algunas marcas de autos llegan a hacer para comprobar la fiabilidad y calidad de sus modelos.
Por ejemplo, Lexus tuvo la idea de llevar al LC Convertible a una cámara de refrigeración industrial, con la capota de cuatro capas replegada para exponer el interior a una temperatura de 18 °C bajo cero.
Tras estar durante 12 horas a esta temperatura, el vehículo fue llevado a una pista de pruebas para manejarlo al límite de su potencia.
Esta exhausta evaluación se llevó a cabo en la gran cámara climática del Millbrook Proving Ground en Reino Unido. Esta instalación de 468 metros cúbicos se utiliza normalmente para probar la resistencia de equipos de defensa y vehículos de carretera, a temperaturas de entre -60 °C y +85 °C, con una humedad relativa de hasta un 98 por ciento.
En el reto del Lexus LC Convertible, el termómetro se bajó a -18 °C, temperatura suficientemente fría para congelar el caucho, y el estándar de la industria para evaluar el rendimiento de descongelación.
A fin de añadir dificultad a la prueba, antes meter el auto a la cámara, fue rociado con agua para que se formara una capa de hielo sobre la carrocería.
Con la capota replegada, los componentes del interior se sometieron a unas condiciones extremas; sobre todo para observar su el sistema de aire acondicionado, los asientos con calefacción y el volante siguieran funcionando como deberían.
Una vez estacionado el Lexus en la cámara de refrigeración, el potente sistema de acondicionamiento por gas tardó aproximadamente una hora en bajar la temperatura al nivel requerido.
Para someter el LC Cabrio a la prueba de manejo posterior a la congelación, se contrató a Paul Swift, conductor de acrobacias profesional. A la voz de “listos” del equipo, el motor V8 de 457 hp se encendió por primera vez y las pantallas y los indicadores del automóvil cobraron vida al instante, sin mostrar ningún efecto adverso ocasionado por el frío extremo.
Como descubrió Swift de inmediato, el sistema Climate Concierge respondió al instante para calentar el habitáculo. “Podía sentir el volante y la base de mi espalda calentándose, así como el calor en la parte trasera del cuello procedente de las rejillas de ventilación del reposacabezas. De hecho, fue bastante agradable, considerando que estaba a -18 °C; me sentí muy cómodo en el vehículo de inmediato”, ha comentado.
A continuación, se pusieron a prueba sus habilidades de conducción mientras conducía el Lexus fuera de la cámara y emprendía el camino hacia las montañas de Millbrook, una ruta de pruebas de estilo alpino con desafiantes curvas, ascensos y descensos.
Ahí, el LC Cabrio demostró un gran rendimiento, equiparable a su estilo y comodidad, deshaciéndose de fragmentos de hielo de la carrocería a medida que ganaba velocidad.