Sin importar los peligros que se corran, el ser humano siempre ha buscado la manera de demostrar su superioridad imponiendo récords de velocidad.
Es tal esa ambición que se desarrollan vehículos exprofesos para alcanzar velocidades inauditas que con un automóvil convencional sería imposible de hacer.
Ha sido tal la pasión y cantidad de personas que buscan retar a la velocidad que desde hace décadas se creó un evento anual en Estados Unidos donde acuden a demostrar sus capacidades toda clase de vehículos terrestres: el Bonneville Speed Week.
Si bien existen récords de velocidad en diferentes categorías, hay una marca que es la que siempre ha sido la más aclamada, se trata de la velocidad más alta lograda por un vehículo terrestre.
Esta plusmarca de velocidad que ha sido superado constantemente ha alcanzado cifras descomunales en los últimos años.
En 2018, Danny Thompson, de 69 años, registró 448.757 mph (722.204 km/h) para convertirse en el campeón en poseer la velocidad máxima más alta alcanzada por un vehículo de pistón.
Ahora en 2020, Boneville fue testigo de un nuevo récord. Esta vez, el piloto George Poteet, de 71 años, logró registrar 470.733 mph (757.571 km/h), velocidad similar a la de un avión comercial en vuelo.
Para alcanzar esta enorme velocidad, fue desarrollado un vehículo, el Speed Demon 715, con una carrocería tipo cohete, misma que lleva impuesta un motor Chevrolet de 9.1 litros con un par de turbocompresores.
