En este momento, el estrés es un problema de gran frecuencia en la sociedad actual, generando malestar, desasosiego y alterando el sistema nervioso. Evidentemente, esta tensión afecta a un sector elevado de los automovilistas, al grado que uno de cada cinco accidentes de viales se relaciona con esta patología y sus síntomas.
El estrés es normal
Antes que todo, hay que mencionar que estrés es un proceso psicológico normal de lo humanos, y aparece cuando se perciben o se presentan situaciones de exigencia o demanda y no hay una respuesta inmediata de forma clara y adecuada.
Cada una de estas exigencias o demandas pueden derivarse de los pensamientos racionales o irracionales, de miedos o falsas percepciones. Si ante estas demandas o preguntas se pudiera responder de forma inmediata y eficaz, la situación quedaría resulta con éxito y no se producirían las consecuencias negativas asociadas al estrés.
En cambio, cuando no es posible dar una respuesta rápida y eficaz, el organismo pone en marcha un mecanismo de emergencia general. Lo anterior hace que existan cambios corporales para afrontar cualquier tipo de situación problemática, sea de la naturaleza que sea, y destapa todo su potencial de defensa.
De esta manera, se puede afirmar que el estrés y este mecanismo de defensa sea algo malo, al contrario, es un sistema de supervivencia humana. Por ello, un cierto nivel de estrés es necesario para salir con éxito de numerosas situaciones.
Lo grave empieza cuando una persona tiene elevados niveles de estrés, mismos que pueden afectar la vida cotidiana de las personas, como la conducción, el tráfico o los accidentes. Pero además de estas causas, el estrés al volante puede ser provocada por otras situaciones como la sobrecarga de trabajo, fallecimiento de algún familiar cercano, entre otros.
Sea cual sea el origen del estrés, este se compone de tres fases:
1. Alarma: el organismo detecta la demanda y mueve una gran cantidad de energía tanto a nivel físico como mental.
2. Resistencia: como todavía no se ha resuelto la situación de estrés el organismo debe compaginar las demandas del estrés con el resto de funciones vitales.
3. Agotamiento: es la fase en la que caemos cuando el estrés se alarga en el tiempo y es donde se manifiestan con contundencia los problemas de salud.
En el caso especifico de la conducción del automóvil, el estrés hace que se eleve considerablemente la agresividad y hostilidad; se es menos pacientes y más impulsivo y posiblemente existan conductas más arriesgadas a manos del volante, ya que se perciben menos riesgos.
En la fase de agotamiento, el estrés puede provocar un accidente debido a que el conductor presenta fatiga y cansancio. Es importante destacar que si se está abo esta sintomatología o se manifiesta alguna de estas conductas y se conduce, las capacidades, actitudes y aptitudes no se encontraran las condiciones adecuadas para hacerlo con seguridad, y se pone en riego, aunque no haya tráfico en las calles.
Contra el estrés
Aunque cada persona experimenta el estrés de distinta manera y ante situaciones diferentes, es importante que si hay un elevado nivel y se debe debes conducir es importante tener las siguientes recomendaciones:
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Procurar dormir las horas necesarias, siguiendo las recomendaciones de una higiene de sueño adecuada
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Intentar de vez en cuando no dedicar mucho tiempo a pensamientos catastrofistas
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Evitar el consumo de alcohol
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No te poner metas inalcanzables y priorizar lo importante
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Al conducir hay que escuchar música, y en la medida de lo posible no sintonizar noticias
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Intentar mantener una dieta saludable y beber mucha agua
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Reducir el consumo de café y otros estimulantes
Si se está conduciendo y existe un ataque de ansiedad o pánico (falta de aire, palpitaciones, sensación de ahogo y desbordamiento), lo más recomendable es detener el vehículo en una zona segura lo más rápidamente posible y solicitar ayuda comunicándolo en el trabajo, familiares, etc.