De todos es bien sabido que conducir un vehículo bajo los efectos del alcohol resulta sumamente peligroso, debido a que se eleva la probabilidad de sufrir un accidente que provoque lesiones o incluso la muerte.
Ahora bien, el peligro de conducir tras beber bebidas alcohólicas, no solo se da en el momento inmediato de ingerirlas, sino que también se da en las horas subsecuentes. Esta comprobado que el alcohol residual, la resaca y la fatiga afectan negativamente la capacidad de reacción al volante.
Si bien las bebidas alcohólicas son toleradas de manera diferente por las personas, según su constitución, tamaño y peso; el alcohol residual solo se descompone por completo durante el día.
Gracias a la fórmula de Widmark es posible obtener indicaciones aproximadas de la concentración de alcohol en la sangre: por ejemplo, un hombre con 80 kilos que consume cuatro cervezas de medio litro con un contenido de alcohol del cinco por ciento en volumen, en teoría tiene una concentración de alcohol en la sangre de 1.4 partes por mil.
Sin embargo, factores como la alimentación o la velocidad con la que se ingirieron las bebidas también son importantes para un cálculo exacto. Si se supone que hay una concentración de alcohol en la sangre de 1.4 partes por mil a la 1 a.m. y aproximadamente 0.1 por mil se descomponen por hora, esto significa que el límite de 0.3 por mil solo se alcanza al mediodía.
Ahora bien, hay que tener cuidado con estas cifras, ya que el cálculo del porcentaje de alcohol es solo un valor de orientación. Después de todo, el cuerpo humano no es una máquina. Sin duda el estado de ánimo, la ingesta de comida o si se está enfermo impactan en el efecto del alcohol.
Así que se si quiere conducir una vez que se han ingerido bebidas alcohólicas, no hay ningún remedio que haga que el alcohol desaparezca del organismo. No hay drogas milagrosas y aceleradores de reducción de alcohol, por lo tanto, tampoco ayuda dormir, sudar, tomar café o ducharse.
Debido a que el alcohol queda por varias horas en el organismo, y si a esto se suma que fue en exceso, lo mejor es no conducir hasta el día siguiente debido a que como se mencionó anterior los efectos de la cruda reducen la capacidad de reflejos y concentración.
Ante esta situación, simplemente lo mejor es dejar el automóvil después de una larga noche.