El 19 de diciembre de 1922, comenzó a escribirse una de las mayores epopeyas que se han registrado en el libro histórico de la automoción mundial. Cinco curiosos ejemplares tipo “semioruga” derivados del invento de Adolphe Kégresse, con grandes neumáticos delanteros y cadenas estilo tanque atrás, iniciaron una travesía de 3,170 kilómetros a través del Sahara; esos rudos vehículos desarrollados por Citroën fueron bautizados Scarabée d’Or, Croissant d’Argent, Tortue Volante, Bœuf Apis y Chenille Rampante.
El viaje duró un poco más de lo presupuestado, 3,200 kilómetros, pero el desafió culminó exitosamente el 7 de enero de 1923. El entusiasmo fue tal, que los responsables de esa “Ë.Popée” decidieron regresar a Francia por la misma ruta que usaron para llegar hasta África, algo que no estaba planeado; la enorme confiabilidad de los vehículos permitió doblar el recorrido sin problemas.
La exitosa hazaña fue inmortalizada en libros, documentales y con los héroes motorizados siendo exhibidos en su tierra natal y en los países aledaños. Se cuenta que entre los expedicionarios estaba un perro llamado Flossie, mascota que tiempo después inspiró al personaje Milú de las historietas Las Aventuras de Tintin, la inmortal creación de Hergé.
Aventurero electrificado
El año pasado, al celebrarse el centenario de Citroën, una versión restaurada del Scarabée d’Or engalanó las celebraciones, por supuesto que siendo presentada en el Salón Rétromobile. Es una pieza de colección con un alto valor no solo para la marca, sino que para toda la humanidad, puesto que se trata de un contenedor de innovaciones mecánicas… las que en 1922 superaban todo lo conocido.
La travesía recibió el nombre de “Ë.Popée”, un apelativo que se transformó en un símbolo de aventura y en un testimonio del deseo de explotar al máximo las posibilidades que ofrece un automóvil.
Un anuncio realizado por la marca, en la presente edición del Salón Rétromobile dejó a todos estupefactos, porque la travesía del Sahara volverá a repetirse, el 19 de diciembre de 2022. Ahora bien, ¿qué tiene de especial?, que en el viaje estará presente un automóvil 100% eléctrico, un prototipo de rango extendido que deberá soportar no solo el rigor del desierto sino que también aprovechar al máximo la energía acumulada en la placa de iones de litio.
Este nuevo reto, muy digno de Citroën, se denomina Ë.PIC, y en él se conjugará el pasado con el presente y el futuro, porque en la salida estarán los restaurados Scarabée d’Or y Croissant d’Argent, además de algunos vehículos actuales de asistencia y por supuesto que el concept car eléctrico, del que aún no se han revelado detalles.