El 31 de Octubre es una fecha complicada. La tradición anglosajona de festejar Halloween se traslada al resto del globo como una excusa para ofrecer a los amantes del terror y los monstruos un motivo para disfrazarse, gastar un dineral en objetos alusivos y salir a pedir dulces por las casas. Mas allá de todo eso, quiero que aprovechemos esta fecha pero de una forma petrolhead: con una película de autos… ochentera… checoslovaca… y de vampiros.
¿Qué hacemos hablando de cine clase B en Autocosmos? Sucede que el protagonista de esta película no es un actor de carne y hueso, sino un vehículo. Específicamente un Skoda 110 Super Sport vampiro. Por favor, que idea genial la de ponerle ruedas a Drácula, esto viene bien.
Corría el año 1982 en la antigua Checoslovaquia (hoy separada en República Checa y sí, Eslovaquia) cuando el guionista Jan Fleischer junto con el director Juraj Herz lanzaban una particular película tomando como base una historia de Josef Nesvadba. La película en cuestión se titularía “Upír z Feratu” que en castellano podría traducirse como “El vampiro de Ferat”.
¿De qué se trata la película?
La trama empieza cuando una conductora de ambulancias, junto con su marido que se desempeña como médico, ven un extraño vehículo de rally negro que se sale del camino. El auto se detiene, y de él sale una mujer, prácticamente desvanecida, pero sin signos de heridas salvo en la planta de su pié derecho. Inmediatamente llega al lugar el personal del fabricante automotriz (Ferat) que los aparta y limpia la escena rápidamente. Mas tarde se enteran que esa mujer falleció y que Ferat necesita una reemplazante, que quien podría ser sino la conductora de ambulancia llamada Mima, la cual siempre soñó con ser piloto de carreras (Mima es interpretada por Dagmar Havlová, quien curiosamente años mas tarde sería la esposa del presidente checo Václav Havel).
Imagínense que su marido Marek (interpretado por Jirí Menzel) no está muy tranquilo con la idea, y menos lo vá a estar cuando un científico con aires paranoicos le dice que hace años investiga en secreto a Ferat porque sospecha que la marca desarrolló un motor que no usa ni una gota de combustible, ya que funciona con sangre.
A como está el precio de la gasolina, estoy pensando en comprarme el Ferat Vampir RSR.
El doctor Marek comienza su periplo para descubrir la verdad, y la historia se pone más y más extraña. Al parecer Ferat (nada que ver con NosFeratu, no, no, para nada) logró que su auto, el Ferat Vampir RSR logre una perfomance superlativa gracias a utilizar la sangre de quien lo maneje como combustible. ¿Cómo la obtiene? Obviamente, succionándola a través del pie que está en el acelerador (¡El auto es un vampiro!).
La censura de la época no permitió que salgan a la luz muchas escenas sangrientas, por lo que una película que debería ser de terror terminó convirtiéndose en esta extraña pieza argumentativa. Podríamos tratar de pensarla en términos metafóricos, suponiendo que el director trató de ilustrar los efectos vampíricos del capitalismo que succiona la vida de quienes caen presos de la sociedad de consumo. Puede ser una lectura comunista de la relación capital/máquina/humano o simplemente un delirio filmado, como sea, el resultado es genial.
Hablemos del auto
Como sabrás, Skoda es una empresa de origen checo que pasó a ser parte del Grupo Volskwagen luego de la caída del bloque comunista y la separación de Checoslovaquia. Actualmente es una marca muy importante en Europa, pero no tanto en nuestro continente.
En 1970, Skoda lanzó el 110 R Coupé, modelo de mucho éxito en el rally. Al otro año, aprovechando el Salón de Bruselas, presentó un concept denominado Skoda 110 Super Sport, que usaba la misma base que el 100R Coupé pero trasladando el motor 1.1L de 73 Hp a una posición central. La velocidad máxima era de 161 Km/h., bastante pobre para ser un “Super Sport” pero si lo comparamos con sus pares del bloque soviético, no estaba tan mal.
Skoda 110 Super Sport Concept
La cuestión es que este concept pasó desapercibido, quedándose en el olvido hasta una década después, cuando los realizadores de El vampiro de Ferat vieron en su silueta la plataforma perfecta para su auto-vampiro luego de algunas modificaciones.
Tal fue el éxito de la película, que actualmente el Ferat Vampir RSR se exhibe en el museo de Skoda, y hasta en 2016 el piloto Jan Kopecký corrió en el campeonato checo de rally con un Skoda Fabia R5 pintado como el vampiro de Ferat.
El Skoda Fabia R5 pintado como el vampiro de Ferat
¿Debería verla?
No es una película merecedora de muchos premios, pero su argumento tan particular, la buena dirección de cámaras y las geniales secuencias de carreras junto a varios Lada, Renault 5 Turbo, Ford Escort, y algún que otro Opel derrapando, la hacen digna de echarle un vistazo.
Lamentablemente no la vas a encontrar en Netflix, pero después de mucho buscar pudimos encontrarla con subtítulos.
El vampiro de Ferat (Upír z Feratu - 1982) | Autocosmos