Michael Schumacher fue sin ninguna duda uno de los más grandes en la historia de la Fórmula 1. El heptacampeón de la categoría dominó como pocos su época y hoy está sin dudas en el Olimpo automotor. Una de las pocas cosas que se recuerdan de Schumi es su fanatismo por el fútbol.
Desde chico, el piloto alemán se hizo fanático de FC Koln, equipo que milita en la Bundesliga alemana. Incluso es socio de la insititución, que armó varios reconocimientos y eventos luego del accidente que sufrió el piloto en el año 2013. De hecho, él mismo declaró en entrevistas que de niño quería ser futbolista, e incluso que lo ponía más nervioso salir a una cancha de 11 que a un GP.
Jugadores del FC Köln con una bandera de apoyo a Schumacher luego de su accidente
Schumi despuntó el vicio en varios partidos amistosos a beneficiencia, llegando a jugar con futbolistas como Michael Ballack, Ronaldo o Zinedine Zidane. Incluso, éste último es el preferido del alemán, poniéndolo por arriba de Diego Maradona o de Pelé. También fue profesional, militando en el club suizo FC Echichens, de las divisiones de ascenso helvéticas. Con ocasión de la Copa del Mundo de 2006, Schumi fue imagen de la promoción del torneo a disputarse en Alemania, invitado por la Federación Alemana de Fútbol.
Pero indudablemente, el hecho más curioso de esta relación entre el heptacampeón y el fútbol fue en 1998 y en Argentina. En el marco del GP de Argentina, el último Gran Premio hasta la fecha en ese país, Michael se acercó al entrenamiento de un equipo de la Primera División. Hablamos de Racing Club, que seguramente sedujo al piloto que defendía los colores de Ferrari por su nombre tan automovilístico.
Schumacher se animó a ponerse el uniforme y a jugar una cascarita con los jugadores de la Academia, entre los que se encontraba un muy joven Diego Milito, que posteriormente fue campeón con Racing e Inter de Milán. No eran pocos los aficionados que se alarmaron con esta visita, Racing no festejaba un título desde hacía 30 años y Ferrari estaba seco desde 1983 (constructores) y 1979 (pilotos, con Jody Scheckter). Sin embargo, la visita a Avellaneda le trajo suerte a ambos, ya que Schumacher se impuso en el Autódromo Hermanos Gálvez el domingo siguiente a la victoria 2-0 del conjunto blanquiceleste sobre Ferrocarril Oeste.
Y si vamos unos años más adelante, en 1999 el piloto alemán rompería la racha para consagrar nuevamente a Ferrari campeón, aunque su título personal debería esperar al año siguiente. Con más razón, en 2001, Schumacher festejaría el bicampeonato con Il Cavallino, al mismo tiempo que el Racing de Mostaza Merlo terminaba con la sequía de 35 años... ¿casualidad?