Si bien el perro es un miembro más de la familia, es importante tener ciertas consideraciones cuando viaje en el automóvil.
Al igual que los demás pasajeros, si la mascota no viaja asegurada lo más probable es que salga lanzada al momento de frenar de manera repentina o en caso de sufrir un accidente. Para que esto no suceda es vital que el perro viaje en la fila de asientos trasera sujetado directamente a la cabecera, o bien en la zona de carga, solamente en el caso que el vehículo sea un SUV o hatchback.
También se recomienda el uso de una caja transportadora, misma que deberá ir en el piso del asiento trasero o inmovilizada en la zona de carga. Por ningún motivo deberá estar en los asientos. Igualmente hay que tener en cuenta que muchos perros son susceptibles al mareo, especialmente los cachorros. Por ello, es fundamental acostumbrar al can a ir en el vehículo en trayectos cortos.
Antes de realizar un viaje es importante que coma por última vez al menos cuatro horas antes de salir, esto con el fin de que no haga la digestión en el recorrido y vomite.
Es básico que el vehículo esté bien ventilado para que el recorrido no sea sofocante. Recordemos que además de la abundante melena, la temperatura corporal de los perros es mayor a la del humano.
Si el viaje es por carretera lo mejor es parar cada dos horas para el que animal estire las patas y beba un poco de agua.
Al momento de llegar al destino final se aconseja dar un recuerdo positivo a la macota otorgándole un premio, de este modo poco a poco irá apreciando el sentido de esos viajes largos.
