Hablar de la Carrera Panamericana México, es hablar de toda una época que se vivió entre 1950 y 1954, una justa deportiva que ponía a prueba la resistencia y la capacidad de los equipos de atravesar México en una carrera de velocidad pura que duraba una semana, a lo largo de más de tres mil kilómetros y de altitudes que iban de los cero metros sobre el nivel del mar a más de cuatro mil en las sierras.
La palabra CARRERA se volvió desde entonces en un referente de lo deportivo, de lo extremo, resistente y extenuante, incluso marcas como Porsche decidieron –a raíz de sus victorias en México- nombrar sus creaciones extremas con el apellido Carrera –alusivo a la Carrera Panamericana Mexico. Otra marca que decidió bautizar su mejores piezas con el apellido CARRERA fue la relojera suiza Heuer, hoy TAG Heuer.
En 1988 un par de entusiastas mexicanos –Eduardo León y Pedro Dávila- tuvieron la iniciativa de revivir dicha justa. A lo largo y ancho del país, la Carrera Panamericana se conformó con el formato de rally, si bien la idea era hacer una carrera de velocidad por carretera, en los ochenta era prácticamente imposible que toda la ruta fuera de velocidad plena, por lo que esos trayectos entre un punto y otro se dividieron en tramos de tránsito en donde los competidores debían respetar los límites máximos de velocidad en carreteras y autopistas mientras que en los tramos cronometrados, en donde los autos y sus tripulaciones tenían que llegar a las metas parciales en el menor tiempo posible, podrían ir a máxima velocidad.
Desde aquel 1988 a la fecha, la supremacía de un vehículo ha sido notoria, nos referimos al Studebaker Commander ya que gracias a su innovador diseño aerodinámico le ha permitido a los preparadores crear verdaderos monstruos devoradores del asfalto, que le han permitido a la extinta marca obtener 20 victorias en la extenuante Carrera Panamericana en su etapa moderna.
Pensando en esos veinte triunfos, el preparador GWA con sede en Miami, decidió crear desde cero una reproducción tubular del ahora mítico Studebaker. La idea es fabricar únicamente 20 unidades de un “Stude” moderno, respetando las líneas creadas en los años cincuenta por Robert Bourke y Raymon Loewy para Studebaker Cars y bautizarlo con el pomposo nombre GWA Studebaker “Veinte Victorias”
El “Veinte Victorias” portaría un motor de origen Chevrolet de 6.2 litros dotado de un súpercargador, el propulsor (LS9) es el mismo que porta la versión ZR1 del Corvette. Entre los poquísimos detalles que GWA ha dado a conocer, se sabe que los frenos serán Brembo, el sistema de escape Fabspeed, las llantas Brigestone y los rines forjados de 19 pulgadas.
19 de los veinte vehículos construidos serán pintados de negro y una pieza única será color amarillo, misma que se pretende –según palabras del constructor- que sea el “Pace car” de La Carrera Panamericana México a celebrarse en pocos meses.
Aún no hay indicios de precios, no sabemos si el GWA Studebaker “Veinte Victorias” sea un sueño que no pase de los “renders” que aquí te mostramos y mucho menos de una postura oficial de los directivos de la Carrera sobre el tema de que un GWA sea el coche insignia de tan importante competencia.
Lo que sí es una realidad es que Autocosmos ha sido el UNICO medio del mundo en poder probar uno de los Studebakers que han sido ganadores en La Carrera Panamericana México. Es más, el “Stude” que probamos llamado El Clavel Negro, ha sido el triunfador en dos ediciones: 2012 y 2013.