Después del accidente fatal del inglés Henry Surtees durante una carrera de Fórmula 2 en 2009 y de aquel que casi le cuesta la vida al brasileño Felipe Massa en el GP de Hungría de ese mismo año, la Federación Internacional del Automóvil comenzó el desarrollo de nuevos sistemas de protección para los habitáculos de los monoplazas.
Surtees, hijo del legendario piloto John Surtees, falleció en Brands Hatch cuando recibió el impacto de un neumático que se desprendió del auto de otro competidor. Mientras que Massa fue gravemente herido por una pieza que se salió del auto de su compatriota Rubens Barrichello.
A raíz de estos incidentes, la FIA desarrolló diferentes sistemas para proteger a los pilotos. El primero que se conoció fue una cápsula transparente similar a la que usan los aviones caza. Colocada sobre la cabina del auto, lograba su objetivo gracias al uso de un material de policarbonato muy resistente.
Ahora se está experimentando con una pequeña estructura de titanio colocada frente al piloto. En las pruebas realizadas con un prototipo, la defensa demostró que es capaz de desviar un neumático de 20 kilos lanzado a 225 km/h.
El gran problema de este sistema es que entorpece la visibilidad de los conductores. Por eso desde la FIA se encargaron de aclarar que, aunque es eficiente, no significa que sea la defensa que se utilizará. "Es sólo un primer paso, falta mucho para poder presentar una propuesta a los equipos", explicó Andy Mellor, asesor técnico de la entidad.