Los consumidores alemanes de Volkswagen han mostrado a lo largo de los años interés por la planta ubicada en Wolfsburg, muchos hacían una especie de peregrinación desde diferentes puntos del país para adquirir su vehículo el distribuidor de la marca ubicado a un costado de la planta más grande del viejo continente y una de las más importantes del mundo. Como dato interesante, solo la planta (sin considerar el terreno total del que dispone VW) ocupa un espacio de tamaño tal que todo el principado de Mónaco cabe ahí.
A partir del citado interés que fue creciendo en los consumidores, fue que nace la iniciativa de construir todo un complejo que permitiera a los alemanes no solo adquirir su vehículo directamente en la planta, sino de paso conocer la historia, filosofía y visión de futuro que tiene el Grupo Volkswagen. Con una inversión de 430 millones de euros, el 1 de junio del 2000 en un espacio de 28 hectáreas se inauguró el Autostadt (Ciudad de Automóviles) bajo el slogan “People, Cars and What Moves Them”, lejos de ser un recinto dedicado solo a VW, la producción de autos o su historia, el Autostadt es un parque temático para todo el apasionado en el mundo del automóvil, eventos culturales o educacionales con un enfoque en distintos aspectos del ser humano y la movilidad.
Los visitantes pueden conocer los últimos avances en materia de tecnología y diseño automotriz, así como las nuevas tendencias de movilidad sostenible y otras varias exhibiciones interactivas, cine, etc, en una moderna construcción con un lobby inmenso que en los costados presume de unas altísimas puertas de cristal totalmente automatizadas que se mueven como flaps de avión.
A un costado, con un centauro bastante conceptual en la fachada se encuentra el edificio que alberga al Zeithaus, el museo automotriz más visitado del mundo que no solo exhibe vehículos históricos de Volkswagen, sino muchos otros automóviles de diversos fabricantes que tienen en común el hecho de haber sido importantes para la evolución del auto ya sea tecnológicamente o en términos de diseño. Debido a lo anterior es que los visitantes pueden ver el triciclo de Carl Benz, así como un Bugatti Atlantic, el Porsche 911 de primera generación, el VW Sedán y otros tantos vehículos de Citroën, Jaguar, Cadillac, Mini, Peugeot, etc. Adicionalmente, para celebrar el 125 aniversario del automóvil, el Zeithaus abrió la exhibición íconos del diseño que incorpora algunas leyendas como el Citroën DS.
Hay siete pabellones diferentes en donde los visitantes pueden conocer cada una de las marcas que componen el Grupo Volkswagen; es decir hay uno relativo a SEAT, Lamborghini, Audi, Skoda, VW, VW Comerciales, el Premium Clubhouse representando actualmente a Bugatti (afuera de este pabellón en una impresionante caja de cristal se exhibe un Bentley) y próximamente Porsche. Estos pabellones no muestran colecciones históricas de cada marca, sino una manera artística de arquitectura y diseño que representa perfectamente lo que cada marca significa.
Dentro del Autostadt hay 13 restaurantes que ofrecen comida muy variada y sofisticada, en muchos casos preparada con alimentos orgánicos. El hotel cinco estrellas Ritz – Carlton ubicado al interior del Autostadt tuvo un récord de ocupación de 84.9% en promedio el año pasado y alberga el restaurante Aqua, galardonado por varios años con 3 estrellas de la guía Michelin, y lugar 25 en la lista de los mejores 50 restaurantes del mundo según S. Pellegrino.
Pero la atracción principal es el Autostadt CustomerCenter, un distribuidor VW en donde un promedio de 550 clientes recogen su vehículo diariamente, haciendo de este, el dealer de automóviles más grande del mundo, habiendo entregado 175,893 unidades el año pasado. A un costado de este enorme centro, se encuentran las torres de cristal CarTowers, que son unas construcciones cilíndricas de 48 metros de alto que almacenan en conjunto hasta 800 automóviles que llegan desde la planta y son manipulados de forma totalmente automatizada. La operación de las CarTowers generó tanta curiosidad por parte de los visitantes, que un par de años luego de la inauguración, una de las torres fue adecuada para que un grupo de personas experimenten a bordo de una caseta de cristal, la manera en que los autos son colocados y elevados por los brazos mecánicos al más puro estilo de una montaña rusa.
El Autostadt es además un lugar lleno de vegetación y agua, que de alguna manera bien podría emular el concepto del parque Epcot Center en Orlando, Florida. El año pasado recibió un récord de 2.27 millones de visitantes, acumulando así un total de 24 millones desde que fue inaugurado.