Durante este 2025 Rolls-Royce estuvo de manteles largos celebrando los primeros 100 años de su modelo emblema, el Phantom, así que para cerrar con broche de oro este especial momento, la casa de Goodwood presentó una edición limitada del Phantom Centenary Private Collection.
Aquí estamos ante el pináculo del lujo, cuidado al detalle, equipamiento y acabados de la compañía, un auto del que sólo se fabricarán 25 unidades, con un precio que seguro rondará los 7 números.

Como si se tratara de un elegante smoking, este sedán de superlujo está pintado con una combinación de negro y blanco, y tiene el acabado Super Champagne Crystal, que son cristales muy pequeños y finos, colocados en una capa superior del protector de la pintura, para darle un acabado aperlado a la carrocería.
Pero ese no es el dato más importante del exterior, sino el histórico emblema del Espíritu del Éxtasis, toma una relevancia mayor ya que está hecha con oro de 18 kilates y recibe un baño de oro de 24 kilates.
El bloque del motor también recibe piezas de oro de 24 kilates, adornando la tapa que lo cubre, pintada en el mismo tono Artic White del exterior. Debajo de este protector encontramos un motor V12 6.75 litros twinturbo que entrega 564 caballos de fuerza y 664 libras-pie de torque, enviadas al eje trasero mediante una transmisión automática de 8 velocidades.

En el interior la lista de elementos y detalles es inmensa, muchas de estas piezas tardaron hasta un año en ser confeccionadas, encargadas a algunos de los mejores talleres de muebles en el mundo, y es un recorrido por distintos momentos especiales de la firma.
Por ejemplo, en las mesitas que se despliegan del respaldo de los asientos delanteros, encontramos talladas en la madera las imágenes de un Phantom de 1925 y otro de la actual generación, el cielo mantiene el patrón de LED que simula un cielo estrellado y cuenta con una decoración que forman una planta, misma que aparece en una fotografía de Henry Royce en su jardín, con un ave y una abeja revoloteando. Para ello se requirieron 440,000 puntadas de hilo.
Las tapas de las portezuelas tienen insertos en madera Blackwood, y sobre ellas se dibujan distintos mapas, que representan los viajes más importantes y formativos para Rolls-Royce. Las puertas traseras representan la costa de Le Rayol-Canadel-sur-Mer, donde Sir Henry Royce pasaba los inviernos. La puerta delantera derecha muestra el paisaje de West Wittering, donde se encontraba su residencia de verano, a tan sólo 13 kilómetros de la actual sede de Rolls-Royce. La puerta delantera izquierda recuerda el épico viaje de 7,200 kilómetros del primer Phantom (de la era Goodwood) que cruzó Australia. La línea del recorrido también está hecha en oro de 24 kilates.

Finalmente, la tapicería de los asientos traseros pone una vez más de manifiesto el nivel de personalización y detalle que la marca ofrece a sus clientes, pues es un homenaje al Phantom of Love de 1926, un one-off que tenía el respaldo del asiento trasero bordado completamente a mano.
Acomodados en tres planos distintos, están grabados en hilo detalles y momentos de la historia de este auto, la primera sede que tuvieron en Londres y otros detalles de estas 10 décadas de camino del Phantom.