La baja en la demanda de vehículos 100% eléctricos ha generado que varias marcas comiencen a buscar caminos alternos para reconfigurar sus gamas, pero el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quiere que su proyecto de apoyo masivo a la electrificación siga en marcha, sobre todo de cara a las elecciones presidenciales de este año en ese país.
Por ello, su administración acaba de liberar 1.7 billones de dólares en incentivos a diversas empresas para revivir la producción de modelos a baterías en Michigan, Pensilvania, Georgia, Ohio, Illinois, Indiana, Maryland y Virginia, algunos de estos estados son fundamentales en sus aspiraciones de reelegirse.
“La construcción de una economía de energía limpia puede y debe ser beneficiosa para los trabajadores sindicales y los fabricantes de automóviles. Esta inversión creará miles de empleos sindicalizados, bien remunerados y desde Lansing, Michigan, hasta Fort Valley, Georgia, ayudará a las empresas automotrices a reequiparse, reiniciar y recontratar trabajadores en las mismas fábricas y comunidades”, afirmó el presidente Biden en un comunicado.
Este dinero servirá para reforzar las operaciones de las cadenas de suministro, no sólo para automóviles y camionetas eléctricas, sino también para otros vehículos como motocicletas, autobuses (incluyendo el icónico bus amarillo escolar) o camiones de carga, tanto en materiales para las baterías como en la producción de motores eléctricos o híbridos.
Con esta liberación de recursos, la administración de Biden ha entregado apoyos por 177 billones de dólares en los cuatro años de su mandato, uno que desde el día 1 tuvo la mira puesta en esas tecnologías, pero también en que la producción de los mismos se realice en Estados Unidos.