En los últimos días de lo que más se habla en las noticias financieras, es la crisis financiera que atraviesa el gigante chino inmobiliario Evergrande Group, y que ha puesto en aprietos a las bolsas bursátiles del mundo y al precio del petróleo.
Antes la inestabilidad financiera que está viviendo una de las empresas chinas más grandes del mundo, misma que la podría llevar a la quiebra, muchas industrias a nivel global corren peligro.
Y es que, además del negocio inmobiliario, Evergrande posee uno de los equipos de futbol más importantes de China y empresas productoras de alimentos, bebidas y automoviles.
Ahora bien, si desde ahora la posible quiebra de esta empresa (acumula 300,000 millones de dólares en deudas) está causando estragos en el mundo, en dado caso que se declare bancarrota, el impacto será mayor causando un efecto domino en el sistema financiero mundial.
Debido a que unas de las fuentes de ingresos de Evergrande es la producción de automoviles eléctricos a través de Evergrande Nev (“New Energy Auto”), el sector automotor se vería seriamente afectado, pues el mercado de autos chino es el número uno en el mundo.
Ante esta situación, Xiao Yaqing, ministro de Industria chino, ha mencionado que se realizaría una rápida reorganización del sector automotor en China dirigida a una reducción sustancial de las empresas (hay algo así como 300) que actualmente forman el tejido productivo.
Por lo tanto, si el gobierno chino decide rescatar a Evergrande, podría ser la división automotriz la que pague los platos rotos.