Por lo regular, cuando vemos un super auto o tenemos la suerte de estar detrás del volante y manejarlo, solo dejamos que este nos sorprenda y ataque cada uno de nuestros sentidos, sin embargo, pocas veces nos detenemos a analizar todo lo que ha sucedido para que el modelo en cuestión pueda estar frente a nosotros.
¿Qué pasa?
Uno de esos modelos que, tras bambalinas ha sido pieza fundamental para el desarrollo del producto final, es el Bugatti Chiron Prototype 4-005, un auto que después de casi una década de colaborar estrechamente con los ingenieros de Bugatti, se ha ganado el merecido retiro.
El “cuatro cinco”, como le llamó el equipo de pruebas de Bugatti, contribuyó a desarrollar y poner a punto todo el software, así como diversos componentes del auto, incluidos el sistema de navegación, conectividad y telefonía del Bugatti Chiron. En él también se pusieron a punto algunas ECU (unidades de control), sometiéndolas a pruebas específicas por parte de un selecto grupo de ingenieros informáticos y físicos involucrados en el proyecto Chiron.
Desde 2013, cuando el Bugatti Chiron Prototype 4-005 fue fabricado, no paró de hacer kilómetros con el fin de recabar información sobre el desempeño general, procesarla e ir afinando cada aspecto del auto. Rüdiger Warda, ha sido responsable del desarrollo de varios modelos de Bugatti durante 20 años, y ve al Chiron 4-005 no solo como una herramienta clave, sino como un compañero más de trabajo: “Realizamos todas las pruebas posibles con él y pasamos mucho tiempo circulando en carreteras. Al final, esto nos une porque le dimos forma a nuestro trabajo, el Bugatti Chiron”, señaló.
En 2016, antes del lanzamiento oficial del Bugatti Chiron, el 4-005 vivía constantemente cubierto por una lona que lo ocultaba de los curiosos entusiastas. Junto con todo el equipo de desarrollo, el auto viajó a diferentes lugares del mundo para realizar pruebas en distintas condiciones, desde el calor extremo de Sudáfrica, pasando por los fuertes vientos de Escandinavia, hasta completar bastantes vueltas rápidas en el circuito de Nardo, Italia; además de ser el primer Bugatti Chiron en pisar territorio estadounidense donde incluso, el equipo recuerda que era tal el grado de expectación, que hasta los implacables policías norteamericanos detenían el auto para revisarlo y aprovechaban para hacerse fotografías.
Norbert Uffmann, responsable de la telemetría y conectividad en Bugatti, recuerda: “Manejábamos hasta diez horas sin parar. Subíamos muy temprano al auto y, por las noches, cuando bajábamos, solo queríamos que amaneciera para seguir manejándolo; era increíble estar a bordo de él, y descubrir todo lo que era capaz de hacer, además de acelerar brutalmente”.
Finalmente, después de ocho años, 74,000 kilómetros recorridos por todo el mundo, incontables arañazos y marcas de cinta adhesiva con la que se fijaban los equipos de telemetría, pero sobre todo, infinidad de recuerdos, el Bugatti Chiron Prototype 4-005 está listo para el merecido retiro, el cual seguramente será en los cuarteles de la marca.