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Volkswagen Samba, una viajera incansable que llegó para quedarse

La más carismática de las Combi nos cuenta un poco de su historia.

Volkswagen Samba, una viajera incansable que llegó para quedarse

De Volkswagen podemos contar un sinfín de historias y anécdotas en torno a cada uno de sus modelos. Sin importar el año, tipo o tecnología, cada Volkswagen tiene algo que decir; a cada uno le ha tocado vivir alguna particularidad marcada por la época que el propio mundo atravesaba, o bien, por alguna particularidad surgida durante su desarrollo, producción o lanzamiento.

Los modelos Vintage son los más ricos en temas anecdóticos. Desde el Volkswagen Sedán cuya orden de desarrollo vino del exdictador, Adolf Hitler; pasando por el surgimiento del GTI casi de manera secreta a manos de un grupo de ingenieros en Wolfsburg, y que significaría el nacimiento del primer hatchback. Tampoco podemos dejar de mencionar la llegada de los Karmann Guia o el Type 1, modelos que significaron mucho no solo en la historia de la marca, sino de varios países alrededor del mundo. Sin embargo, no podríamos entender la historia de Volkswagen dejando de mencionar a uno de los más icónicos, queridos y codiciados en la actualidad: la Volkswagen Minibús, y una de sus versiones más recordadas, la Samba.

Un poco de historia

La Volkswagen Microbús, o Combi para nosotros en México por su “topicalización” del alemán Kombi, abreviatura de la palabra Kombinationsfahrzeug, asignada a este vehículo por combinar carga y pasajeros; llegó al mercado en los años 50´s con la firme convicción de transportar, cargar, movilizar y desplazar casi cualquier cosa o persona.

Su misión no sería nada fácil, pues en plena época de la postguerra, el mundo, sobre todo Europa, necesitaban reconstruirse, así que el Kombi fue parte fundamental en este hecho. Volkswagen supo entender las necesidades de la sociedad adaptando poco a poco al pequeño Minibús a los diferentes requerimientos de carga y transporte, aunque “recreación”, muy pronto sería la nueva sorpresa del Kombi.

Hallo, Samba

La economía en Europa poco a poco se afianzaba. La industria automotriz tuvo mucho que ver en ello, así que la llegada del primer Auto Salón de la postguerra fue recibido con mucho entusiasmo tanto por la sociedad, gobierno y Volkswagen, por supuesto. No era para menos, pues aunque los cuarteles generales de la marca seguían (y seguirán) en Wolfsburg, para Volkswagen, asistir al IAA de Frankfurt, hasta la fecha es como jugar de local. Por todo lo que representó, aquel IAA de 1951 fue un parteaguas en la industria; Volkswagen se presentó decidido a robar todas las miradas. 

Los de Wolfsburg montaron, sobre un área de 1,350 metros cuadrados, un sistema de iluminación surrealista nunca antes visto, y una representación de la línea de ensamble del Sedán que la opinión pública de aquellos años aplaudió, bautizándolo como el Templo de Volkswagen. 

Pero lo anterior no fue la única sorpresa. Y es que con tantos reflectores, la marca aprovechó para hacer la premier mundial del entonces nuevo Minibús en su primer versión especial, creado para transportar ocho pasajeros mejor conocido como Samba.

¿Por qué Samba?

La versión Samba de Kombi, era un vehículo para transporte de pasajeros con lujos acorde a la época, de singular carisma y un espíritu libre, viajero y desenfadado. Quizás por eso fue uno de los preferidos durante la corriente hippie, mejor conocida como el Flower Power. 

En el mercado norteamericano se conoció como Microbús Deluxe, mientras que a partir de 1952, en Alemania se conoció como Modelo Especial.

Ya con bastantes seguidores y muchos entusiastas de la marca, comenzaron las tendencias de otorgarle algunos sobrenombres de acuerdo a sus especificaciones técnicas o equipamiento, como por ejemplo: 

  • Sonnendach-Ausführung mit besonderem Armaturenbrett, que traducido al español, se refiere a la versión con quemacocos y tablero especial.
  • Sonder Ausführung mit besonderer Ausstattung, o versión de características especiales.

Según algunos coleccionistas y entusiastas de Kombi, es posible que de alguna de estas dos denominaciones haya surgido el sobrenombre de Samba. La Volkswagen Samba se hizo oficial cuando en 1954, Volkswagen introdujo el nombre en el catálogo de precios donde el costo el equipamiento adicional era de casi 3,000 marcos alemanes adicionales. Nada barato para la época.

Volkswagen Samba, viajero buena onda

Si bien el costo por un Kombi Samba comenzaba a ser bastante elevado, su carisma también era innegable. Casi siempre lució un diseño de pintura bicolor sobre la carrocería, la cual era dividida por una moldura en aluminio. El diseño redondeado de sus ventanillas también se hizo icónico, ¡tenía 23 y un techo corredizo tipo cortina! Viajar en un Samba era como ir al aire libre por toda la cantidad de luz y aire que podía entrar en el habitáculo; por eso los hippies la amaron tanto…

Contaba también con muchos accesorios metálicos cromados, paneles de madera o piel, molduras de aluminio y sobre todo, la capacidad de adaptar el habitáculo a las necesidades de cada viajero. Algo de lo que causó más revuelo fue el radio de perillas con el que salía de fábrica porque sencillamente no puede haber viaje sin música.

Las Volkswagen Samba recorrieron el mundo transportando viajeros habidos de “amor y paz”. La Samba transportó ideologías, moda, música, corrientes políticas, unió razas, cruzó fronteras; reencontró amigos, familias, descubrió nuevos caminos… se convirtió en una forma diferente de ver la vida.

Las versiones Samba son muy específicas en su equipamiento, y dado su elevado valor en el mercado, donde mucho tiene que ver el sentimentalismo y la historia, hay que tener presentes algunos aspectos clave para distinguir un verdadero Samba de alguna réplica:

  • Casi siempre tendrá pintura en dos tonos.
  • Era el único Kombi con molduras decorativas de 1.10 cm
  • Tenía un reloj en el tablero.
  • La versión sin quemacocos se denominó M130.
  • Una Samba fabricada entre junio de 1951 y principios de agosto de 1963 debe tener 23 ventanas.
  • Los modelos fabricados entre agosto de 1963 y julio de 1967 deben tener 21 ventanas. La puerta trasera es más amplia.
  • Potencia: 25 Hp
  • En 1953, la Samba incorporó defensa trasera.
  • En febrero de 1955, las ventanas de pexiglas en las esquinas se reemplazaron por cristal. Este hecho le valió el apodo de “Plexibús”, en Suiza.

Después de 16 años de producción ininterrumpida, con miles de anécdotas y kilómetros en el odómetro, la producción del Volkswagen Minubús Versión Especial paró. En 1967, Samba se fue con un legado de 100,000 unidades fabricadas y colocadas alrededor del mundo.

La Samba más antigua conocida pertenece a un coleccionista de Renania, el cual ha documentado todo lo referente a su Samba, desde la factura y servicios, hasta viajes y distancias. La adquirió por 9,025 marcos alemanes, hoy un costo muy bajo, nada comparado con los $302,500 dólares, costo en el que se vendió una durante la famosa subasta Barret-Jackson en 2017.

Amor, paz y Samba para toda la vida.
 

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