Si bien la huelga de General Motors solo incluía a los trabajadores sindicalizados en Estados Unidos, el hecho que durara varias semanas propició una falta de suministros a las plantas de la compañía en México, lo que originó una suspensión temporal en ciertas líneas de producción en las fábricas mexicanas.
Ahora, tras llegar a un acuerdo con el sindicato y poner fin a la huelga, las plantas de GM en Estados Unidos reanudan operaciones y, por consiguiente, los centros de producción en México vuelven a sus actividades de rutina después del paro técnico.
De esta manera, el Complejo Ramos Arizpe donde se producen la Chevrolet Blazer y transmisiones reinicia operaciones tras suspender sus operaciones debido a la falta de suministros provenientes de Estados Unidos.
Esta misma situación ocurre con las plantas de Silao, Guanajuato, donde se ensambla Chevrolet Cheyenne, Chevrolet Silverado y GMC Sierra; y de San Luis Potosí, misma que se encarga de fabricar el Chevrolet Trax y Aevo.