El motor es el alma del automóvil, de eso no hay duda. Mucho del éxito, o fracaso, de un modelo depende de lo que pueda ofrecer este elemento vital así sea en las pistas como en las calles. Muchas veces no entendemos ni la mitad de cómo funciona o cuál es su configuración, pero ten por seguro algo: podrás perdonar errores en diseño o ensambles, pero nunca, jamás, en un motor.
Es cierto, que nos encaminamos a un futuro donde la gasolina pasará a segundo plano a favor de la electrificación. Es un cambio necesario y por el bien común, pero quienes amamos los autos, aún nos enchina la piel un sonido bronco, retador, que, al acelerar y subir las revoluciones, nos haga sentir que somos uno con el auto. Una sensación de libertad y comunión, que no se puede explicar con palabras, pero que igual acelera tu ritmo cardiaco.
Con muchos motores que incluso superan la leyenda de los autos que propulsan, en Autocosmos nos dimos a la tarea de encontrar las 15 plantas de poder que, a nuestro juicio, son algunas de las más representativas de la historia. Puede que este conteo, cuyas posiciones son completamente aleatorias, genere un poco de polémica, ya que sientas que falta uno u otro representante, pero lo que, si te podemos asegurar, es que te llevarás una grata sorpresa.
BMW V12 S70
Una joya dentro de la historia de BMW, de hecho, este V12 es el motor de menor producción en la historia de la marca. De hecho, el auto con el que brilló fue el magnífico 850CSi (E31), donde el V12 de 5.6 litros modificado por la división BMW M, anunciaba unos todavía sorprendentes 375 hp y 420 lb-pie de par. Aunque la firma bávara también lo usó en autos de carreras, obteniendo buenos resultados, en realidad su pináculo llegó cuando este motor fue el elegido para dar vida al siempre añorado McLaren F1, que no sólo es considerado por muchos como mejor deportivo de la historia, sino que hasta la llegada del Bugatti Veyron era el auto de producción más rápido del mundo. En este auto, el doce cilindros de BMW fue altamente modificado (se aumentó el desplazamiento hasta los 6.1 litros) para alcanzar los 618 caballos.
Honda F20C
Honda, tiene en este motor usado en el S2000, a la cúspide tecnológica de la tecnología VTEC. El F20C es un cuatro cilindros de 2.0 litros atmosférico capaz de entregar 240 hp. Fue diseñado para alcanzar un régimen de revoluciones muy elevado, encontrando la línea roja hasta las 8,900 rpm. El sistema VTEC consta de dos cámaras de levas separadas. La primera, abría las válvulas poco y despacio, pensando en un mayor confort, mientras que la segunda, abría las válvulas mucho más rápido, convirtiéndose en un mísil. Era un como la historia del doctor Jekyll y el señor Hyde, pero bajo el cofre. Por años, el F20C mantuvo el récord del motor de serie de aspiración atmosférica con la mejor relación potencia/cilindrada, hasta que Ferrari lanzó el 458 Italia y el Porsche 911 GT3 RS.
Toyota 2JZ
-No tienen fe
- Tengo fe en ti, pero esto es un taller, no un depósito de chatarra
-Abre el cofre
-Qué abra el cofre?
- ¡Ábrelo!
-Un motor 2JZ … ¡rayos!
Te apuesto, que leíste las anteriores líneas con las voces de Brian O'Conner, Dominic Toretto y Jesse, y también, fue la primera vez que oíste el nombre código de este motor de seis cilindros en línea de Toyota (ahora tiene sentido la asociación con BMW ¿no?), mayormente conocido por dar vida al Supra de cuarta generación. Robusto, como pocos, es un motor altamente modificable. En Japón, gracias al pacto de caballeros, su potencia oficial era de 276 hp, pero en realidad, entregaba más potencia, ya que en Estados Unidos anunciaba 321 hp y en Europa 326 caballos. Robusto como pocos, tiene un gran potencial en el mundo de las modificaciones. Hoy, encontrar un Supra con el motor de fábrica sin alteraciones es toda una proeza.
Ford 1.0 EcoBoost
No todo tiene que ver con potencia desmedida, ya que, aunque no lo creas, el pequeño tres cilindros de Ford de 1.0 litros Ecoboost es uno de los motores más galardonados a nivel mundial desde que llegó al mercado en 2012. De hecho, es el culpable más directo de la tendencia downsizing. Reune en un paquete atributos como inyección directa, turboalimentación, apertura variable de válvulas, bomba de aceite gestionada electrónicamente y desactivación de cilindros. Todo esto, lo hacen un motor eficiente, suave, silencioso y sin vibraciones. Montado es una gran cantidad de modelos europeos, resulta una lástima no tenerlo disponible en nuestro país.
Porsche Bóxer Mezger
El rasgo más característico del 911 es el motor bóxer colocado en la parte trasera y una de las figuras claves en la historia ha sido el mismísimo Hans Mezger, el ingeniero responsable de que bóxer y 911 sean sinónimo. Por ello, de entra la larga lista de propulsores de la firma de Stuttgart precisamente podemos resaltar la saga Mezger presentada en el 911 (996), la cual, al derivar directamente del propulsor usado en el 911 GT1 de Le Mans 1998, presumía una robustez y potencia tan exquisita, que se usó para dar vida a las versiones GT2 y Turbo, pero es en el GT3, donde se presenta como uno de los mejores motores atmosféricos de todos los tiempos. Sin embargo, es en el 4.0 litros del 911 (997) el que se ostenta como la joya de la corona.
GM V8 LS Series (Small Blocks)
Es irónico que se le denomine “small block” a un ocho cilindros nacido en 1955 y desde entonces ha dado vida tanto a muscle cars como gigantescas camionetas.
El V8 LS fue lanzado en 1997, montándose de en autos como el Corvette C5, así como en los Camaro y Firebird F-Body. Desde entonces, este motor que originalmente era presentado como un V8 de 5.7 litros, ha variado sus configuraciones en numerables ocasiones. Es así, que lo hemos visto tanto en el formado del gigantesco 7.0 litros, como en los espectaculares 6.2 litros que dan vida a los actuales Corvette Z06 y ZR1, sin olvidarse del Camaro ZL1 y del Cadillac CTS-V. Infaltable en la familia de Silverado/Cheyenne/Sierra y en las Subarban/Tahoe/Yukón. Fiable y poderoso, como pocos.
Bugatti W16
El Veyron fue el auto que destronó al McLaren F1 como el auto más rápido del mundo, pero además lo hizo con todo el exceso y lujo que sólo Bugatti puede ofrecer, no por nada también fue el más costoso sobre la faz de la tierra. A la altura de su propuesta exótica y desmedida, está el descomunal motor W16 de 8.0 litros de inyección directa y cuatro turbos, que en su primera versión erogaba 984 caballos, para después como la llegada de los Veryron Super Sport, estirarse hasta unos aplastantes 1,1,84 caballos. Pero la evolución no queda ahí, ya que, con el Chiron, este motor fue revisado para entregar 1,500 caballos de fuerza. Una oda al exceso, que sólo pudo cumplirse gracias a la influencia de Ferdinand Piëch.
Mazda RX Wankel
Fue el ingeniero alemán Felix Heinrich Wankel, quién patentó el motor Wankel en 1929. Algunas marcas vieron potencial en él, pero fracasaron en el camino hasta que Mazda presentó el Cosmo en 1967, apropiándose de esta tecnología y haciéndola una de sus estandartes históricos, teniendo en los deportivos RX a sus mejores representantes. Uno de los momentos culminantes es cuando el 787B, impulsado por un motor rotativo, conquistó las 24 Horas de Le Mans. En los modelos de producción, el pináculo llegó con el RX-7 (FD) que en un inicio estaba disponible con un 1.3 litros turbo con 252 hp para finalmente adoptar una evolución que lo llevó hasta los 276 caballos. Entre sus virtudes, se destaca su tamaño compacto, ligereza, suavidad y capacidad para girar a altas revoluciones. Desde que el último RX-8 salió de las líneas de producción en 2012, son muchos los fanáticos que esperan el regreso de esta mecánica.
Chrysler HEMI
HEMI, un nombre que con sólo escucharlo le eriza la piel a cualquier amante de los muscle cars. Si bien, los motores con cámaras de combustión hemisféricas no son una tecnología propia de Chrysler, es esta compañía la que mejor la ha aprovechado obteniendo grandes resultados no sólo en sus autos de producción sino también en NASCAR. El nombre HEMI fue registrado en 1951 y desde entonces han aparecido tres generaciones. La primera de 1951 a 1958, la segunda (y la más célebre) de 1964 a 1971 y la tercera desde 2003 hasta la actualidad. Entre los modelos clásicos más célebres podemos enumerar a los Dodge Charger y Challenger, Plymouth Superbird y ´Cuda, mientras que, en la actualidad, además de las reinterpretaciones de los muscle cars de Dodge, también se monta en vehículos más convencionales como la Dodge Durango, Chrysler 300 y RAM pickup, evidenciando su versatilidad. El pináculo llega con los Challenger Hellcat y Demon.
Ferrari V8 3.9 biturbo
Para los más acérrimos seguidores de la casa del cavallino rampante, esta decisión no puede ser la mejor, porque según la tradición, un buen motor Ferrari debe ser atmosférico. Pero, siempre habrá una excepción de la regla que nos hará replantearnos varias cosas. Es aquí donde aparece el V8 biturbo de 3.9 litros que da vida a los 488 GTB, 488 Pista, Portofino y GTC4Lusso T, mismo que por cuarto año consecutivo es elegido como el mejor del mundo en los premios International Engine and Powertrain of the Year. Para los expertos, en la actualidad no existe otro motor tan refinado, capaz de acelerar tan vertiginosa y linealmente, al mismo tiempo que emite un sonido digno de las mejores notas musicales. Marcando un antes y después, muy pocos extrañaran los anteriores propulsores atmosféricos.
Nissan RB26DETT
Damas y caballeros abran paso a su majestad, el mejor motor japonés de la historia (con permiso del 2JZ), no por nada es el encargado de dar vida a Godzilla en sus generaciones R32, R33 y R34. Como su nombre precisa, el RB26DETT cuyo diseño corrió a cuenta de Nismo, es un seis cilindros en línea de 2.6 litros Twin Turbo que anunciaba una potencia de 276 hp, cifra maquillada, ya que muchos aseguraban que en realidad erogaba cerca de 320 caballos. Famoso por su gran fiabilidad y facilidad para ser modificado, ya que puede resistir preparaciones de hasta 1,000 caballos. Una de sus principales particularidades reside en los sofisticados turbos T28 que lo hacen muy cotizado en el mundo del tuning. Un ejemplo notable de como un motor puede ayudar a forjar la leyenda, de otra leyenda.
BMW L6 54B32
Uno de los principales estandartes de BMW son el uso de motores de seis cilindros en línea, tradición que se remonta al M78 de 1933. Si bien, a lo largo la historia han aparecido motores memorables, probablemente, sea el L6 de 3.2 litros (S54B32) que dio vida a los M3 (E46), así como a los Z4 M Coupé (E86) y Roadster (E85), el que se lleva los aplausos de pie. Este motor destacaba por su personalidad deportiva, capaz de alcanzar su máxima potencia a las 8,000 rpm, sin olvidarse un funcionamiento suave. Simple y sencillamente no hay mejor L6 en la historia de BMW a excepción del S54B32HP, que no era otra cosa que una versión mejorada usada en el M3 CSL, que no sólo destacaba por su potencia, sino por emitir un sonido poco menos que celestial.
Mitsubishi 4G63/G63B
Hoy Mitsubishi está de capa caída, pero alguna vez fue una marca con una gran gama de deportivos, experta, sobre todo, en sistemas de tracción integral y motores turbocargados, no por nada, fue uno de los principales protagonistas del Campeonato Mundial de Rally (WRC, por sus siglas en inglés) durante años. Gran parte de esta fama mundial se la ganó gracias al 4G63, que se empezó a fabricar en 1987. Este motor dio vida a verdaderos iconos como los Mitsubishi Galant VR-4, Carisma GT y por supuesto, la afamada zaga de los Lancer Evolution, estando presente desde 1994, hasta 2006, cuando se dejó de producir el EVO IX. Para ilustrar su pedigrí, sólo cabe recordar que este es el propulsor que usó Tommi Mäkinen cuando ganó sus cuatro campeonatos consecutivos en el WRC.
Tren híbrido de Toyota
Seguro al ver esto pusiste cara de ¡WTF!, y no te culpamos, ya que, para cualquier petrolhead, el Prius es como el Anticristo. Pero lo que es innegable es que este auto, alguna vez considerado un bicho raro, marcó un antes y un después en la industrial mundial al ser el primer automóvil híbrido de producción masiva. Lanzado en Japón en 1997, este auto se adelantó a su época al ser el primero en usar dos motores, un eléctrico y uno a gasolina, para moverse de manera eficiente. Entre sus principales contribuciones fue el almacenamiento de energía eléctrica, el sistema de frenado regenerativo, así como el sistema de encendido y arranque automático de motor a combustión. Tal vez, no es un automóvil pasional, pero el Prius (y su propuesta mecánica) son considerados un fenómeno cultural y social pocas veces visto en la industria.
Ferrari F140
Si el V8 3.9 litros biturbo era una propuesta arriesgada, el F140 es todo lo contrario ya que representa todo lo mejor de los motores V12 Ferrari, simple y sencillamente es una joya que ha dado vida a los mejores modelos de la marca desde que fuera elegido para impulsar al todavía anhelado Enzo. Sólo como recordatorio, este doce cilindros, tiene un ángulo en V de 65º, y en el F60 (nombre código del icónico cavallino) entregaba 660 hp y 484 libras-pie de torque, permitiendo al Enzo acelerar de 0 a100 km/h en 3.6 segundos y conseguir una velocidad máxima de 350 km/h. Su éxito fue tal, que la firma italiana no dudó en montarlo en autos como el 599, FF, y F12 Berlinetta, pero el máximo exponente de la familia es el LaFerrari, que al combinar el F140 con un motor eléctrico eroga 963 Hp. ¡Este híbrido sí que llama la atención!