A todos nos llega la hora,es inevitable. Pero hay grandeza en quienes viven desafiando a la muerte, en pos de un propósito mayor. Pasión, velocidad, libertad. Los únicos códigos que valen son los propios, cuando estás en esa delgada línea. Y les sucede a todos los pilotos de máxima categoría, porque el automovilismo es un deporte donde estás firmando con tu vida, sin importar los adelantos tecnológicos existentes en materia de seguridad.
Y si en esa danza, ganaste copas, campeonatos, laureles y medallas, batiste récords y fuiste un referente, pasas a la historia.
Niki Lauda, con su determinación, honestidad y perseverancia, pudo perfectamente haber dejado la F1 en aquel fatídico incendio sufrido en 1976, en Nürburgring, ese mismo que hasta hace unos días atrás, lo hacía llevar una gorra roja que no se quitaba ni siquiera para una gala. El tricampeón de la F1, nos abandonó en servicio, aun trabajando en la escudería Mercedes como mentor y consejero, poniendo al servicio de Mercedes, Hamilton y Bottas, toda su experiencia.
Con motivos de su muerte, Mercedes desempolvó una breve entrevista de poco más de dos minutos y medio, donde Niki Lauda hace un resumen sobre lo que fue su filosofía de vida, de seguro, su mayor legado, más alla de los recuerdos que nos deja en video y sus trofeos.