Robert Hubbard, creador en 1985 del Head and Neck Support (HANS), falleció en su casa. Profesor de biomecánica, Hubbard se lanzó a la creación de este dispositivo luego de la muerte de un amigo suyo en IMSA. La idea era simple: hay que proteger el cuello de los violentos vaivenes de la competencia.
El primer prototipo se hizo en colaboración con General Motors y su versión definitiva llegó para fines de la década. Ésta innovación permitía mitigar el impacto en las cervicales y la base del cráneo en un 80%. Curiosamente, a pesar de ello, los pilotos no fueron muy entusiastas, juzgaban al HANS por ser muy incómodo para correr. Las competencias, si bien recomendaban el uso, no lo impulsaban de manera obligatoria.
En la F1, todo cambió con dos tristes hechos. Los accidentes de Roland Ratzenmberg y de Ayrton Senna en San Marino 1994 provocaron que se realizaran pruebas con el HANS, volviéndose obligatorio para competir en el año 2003. En Estados Unidos, el NASCAR lo introdujo en 2001 como requisito, luego de la muerte de Dale Earnhardt, un conocido enemigo del HANS, pudiera haber salvado su vida de haberlo tenido puesto.
¿Cómo funciona el HANS?
Hoy en día está hecho principalmente con fibra de carbono. Pesa entre 500 y 600 gramos y va arriba de los hombros y atrás la nuca del piloto, anclado al casco y al respaldo del asiento del vehículo mediante cinturones y ganchos. Si bien este dispositivo limita mucho el movimiento del cuello dentro del coche, se recomienda ejercitar el cuello y hombros para evitar calambres y dolores musculares.