Como bien sabemos, el Gobierno federal puso en marcha un plan para combatir el robo de combustibles que consiste en un cambio en la logística de Petróleos Mexicanos -Pemex- por lo que hay cierre de ductos y ahora, la distribución se realiza mediante autotanques.
Esta estrategia ha ocasionado desabasto de combustible y por ende, la operación de la industria automotriz en nuestro país se ha visto impactada negativamente.
Eduardo Solís, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz -AMIA- reconoce “la labor del gobierno para atacar este delito pero debemos apuntar los efectos nocivos que hay para la industria por varias razones; la más obvia es que los componentes están en riesgo de no llegar a las fábricas”.
La escasez de combustible afectará a los camiones que transportan autopartes e insumos a las plantas automotrices que operan en nuestro país.
La zona más afectada es la del Bajío ya que desde hace cuatro semanas enfrentan el desabasto de gasolina por lo que las plantas de General Motors, Honda, Mazda y Toyota operan con incertidumbre.
Asimismo, el desabasto de gasolina impacta en el “primer llenado” del vehículo ya que para salir de las agencias, las unidades emplean una gasolina especial “con estándares más altos”.
De acuerdo con Guillermo Rosales, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores -AMDA- existe el reporte de reporte de que en la agencias de Michoacán no pueden entregar autos nuevos al cliente porque no hay gasolina.
Los dirigentes de estas asociaciones solicitaron “con urgencia la atención del gobierno para no tener una crisis de mayor tamaño”.
