Desgraciadamente, un gran porcentaje de la venta de automóviles usados es de manera desleal, ya que los vendedores ocultan el historial negativo del vehículo. Una de las maneras más comunes, es manipular la cantidad de kilómetros para engañar al comprador haciendo creer que se trata de un automóvil con menos uso del real.
Y es que un vehículo con un historial de daños o con el número de kilómetros manipulado representa un alto riesgo para el comprador, esto directamente afecta el precio o valor residual, así como la seguridad y durabilidad.
Ahora bien, para no caer en un fraude de este tipo a la hora de comprar un auto usado hay que estar muy atentos en el aspecto físico del vehículo. Por ejemplo, es irreal que un automóvil con pocas millas tenga un avanzado desgaste en el volante, palanca de velocidades, asientos, botones y pedales.
También es esencial que durante la prueba de manejo estemos atentos con los ruidos y la sensación de los componentes mecánicos, es decir, los frenos, la suspensión, la dirección y el motor. Otro detector más de la antigüedad de los automóviles son los neumáticos, por ejemplo, un vehículo con menos de 32,000 kilómetros normalmente lleva las ruedas montadas de fábrica.
En caso de que sea un automóvil reciente, hay que solicitar la bitácora de los mantenimientos, reparaciones o inspecciones hechas al vehículo, ya que normalmente suelen mostrar las lecturas del kilometraje.
Cualquier anomalía o inconsistencia en los datos de estos documentos puede ser un signo de manipulación y fraude.