Por más que se informa que manejar bajo las influencias del alcohol o drogas aumenta la probabilidad de sufrir un accidente, en los últimos años han aumentado el número de conductores responsables de accidentes fatales que son detectados con drogas, de acuerdo con un nuevo estudio de la Governors Highway Safety Association.
Si bien resulta complicado saber cuándo la conducción bajo los efectos de las drogas es una causa de accidentes, los descubrimientos brindan una razón para preocuparse de que la marihuana y los opiáceos estén generando una creciente crisis de seguridad en las carreteras de Estados Unidos.
Según la investigación de la GHSA, cerca del 45 por ciento de los conductores que murieron en accidente vehicular durante 2016, y que luego fueron sometidos a pruebas tenían medicamentos o drogas en su sistema. Haciendo una comparación con hace diez años, es posible detectar que ha existido un aumento del 28% hace una década.
Ante esta situación, hay que tener en cuenta que los rastros de uso de marihuana permanecen en el cuerpo por mucho más tiempo que el alcohol, lo que significa que un conductor que da positivo no necesariamente ingirió la droga el día del percance. De igual manera, el efecto de los opioides en la conducción tampoco queda perfectamente establecido.
Lo que si es un hecho es que hay una tendencia preocupante de conductores farmacodependientes fallecidos en accidentes durante 2016. Basta decir que más de la mitad de los automovilistas que murieron en un percance dieron positivo por múltiples sustancias.