La Suzuki Boulevard C50 es una comida con carne de cerdo BBQ preparada en Luisiana, Estados Unidos, y la bebida es sake y cerveza Sapporo, así podría definir esta mezcla del estilo dominado por los norteamericanos, pero con la mecánica japonesa, que la hace confiable, elegante y sobre todo, se olvida de las vibraciones y sonido innecesarios.
Cuando vemos la Boulevard C50 no podemos dejar de compararla con la Harley-Davidson Fat-Boy o salvando las diferencias de tamaño y motor con la Indian Chief. En el caso de la japonesa las cosas son menos ostentosas en el apartado mecánico, aunque no en el visual ya que podemos ver las grandes superficies cromadas en el motor, escape, faro, tijera de suspensión y manubrio, que resaltan con el color negro del resto de los elementos, una combinación clásica que nunca falla.
La refrigeración líquida y la puesta a punto del motor evitan que se genere un calor insoportable incluso a baja velocidad, algo que se agradece en el día a día. Donde podremos llevar la Boulevard C50 con relativa soltura, y no por el peso, ya que en está en el rango de los 277 kg (en orden de marcha) sino por la altura del asiento (700 mm) y repartición del peso en la parte media-baja del chasis, lo que la hace maniobrable, aunque te tendrás que acostumbrar a la posición del manubrio, un tanto baja que deja los brazos colgados, cómoda sí, pero rara en las maniobras en espacios cortos. Cabe señalar que justo en esa semana de prueba vimos otra Boulevard C50 en la calle, pero con un manubrio más alto.
En cuanto a la potencia, el motor de 800 cc responde bien, con sus 54 hp y un par motor de 50 Lb-pie que llegan en la parte media de las revoluciones, es decir las 4.000 rpm. La caja de cambios es de cinco velocidades, aunque no le quedaría nada mal una sexta. La entrega de potencia es muy buena ya sea en la aceleración o recuperación de velocidad, debido a la flecha cardán que lleva la potencia a la rueda trasera.
Pero ya basta de esos “datos fríos de ficha técnica”, ante la pregunta de ¿cómo se maneja?, tenemos una buena experiencia de manejo, que nos llevó a la serpenteante carretera de la Sierra Gorda de Querétaro, una que además demanda más a los motores por la subida constante por muchos kilómetros. Ya saben, primero la cosa era salir del siempre divertido tránsito de la Ciudad de México, aquí pude ver que la Boulevard C50 se mueve con soltura, claro, no tiene la agilidad de una de baja cilindrada, pero puedes seguir avanzando mientras los autos están parados y sus ocupantes de mal humor. La caja de cambios en primera y segunda marcha es muy corta por lo que en ciudad circularás en tercera con confianza de poder acelerar y recuperar velocidad para un rebase.
El rodar con la Boulevard C50 es sumamente cómodo, desde el asiento gigante, hasta la postura de las piernas.
La posición del manubrio de serie, te obliga a usar un poco más el cuerpo para las curvas cerradas, aunque seguro te acostumbrarás de inmediato. Luego de escapar de la ciudad y su transporte público kamikaze, comenzaron las largas y aburridas rectas, donde por momentos pude acelerar a tope y rondar los 170 km/h, nada mal, aunque el viento golpeando el pecho de manera directa hace que utilices toda tu fuerza.
En este tipo de motos la velocidad no es lo que se privilegia, sino la comodidad y fuera de no tener elementos aerodinámicos de corte de aire al frente, el rodar es suave, vas en tu sillón preferido flotando en la carretera, la suspensión lo hace muy bien, al igual que la frenada, incluso en momentos de pánico, pese a no tener sistema de frenos ABS.
Ya en la zona de curvas era el momento de sentir el chasis y suspensión en una parte complicada, la Boulevard C50 se comportó de buena manera jugando con la caja de cambios entre segunda y tercera, las inclinaciones son aceptables, aunque en casos un tanto extremos las partes laterales tocarán el piso, siendo esto algo casi una regla en este segmento. Los frenos no acusaron fatiga en esta zona y la recuperación del motor al salir de las curvas era muy buena, con sus sencillos 800 cc, en un conjunto que apuesta más por la ligereza en lugar de la potencia desbocada de sus colegas americanas, recuerden la frase de “menos es más” y esta Suzuki aprovecha mejor su motor con un peso reducido.
Como dice el refranero popular, “para gustos colores”, y es que esta moto puede no ser ruidosa o verse inmensa, alejándola del gusto de los puristas de las motos americanas, pero existe otro grupo cada vez más grande de personas que busca este estilo de motocicletas, pero sin padecer vibraciones, ruidos y fiabilidad mecánica, por ello un producto como la Suzuki Boulevard C50 es la mejor opción del segmento crucero.
El precio de esta unidad es de $152,490 pesos.