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Prueba de Manejo

Volkswagen Beetle Dune 2018 a prueba

Un Beetle más rudo y deportivo

Volkswagen Beetle Dune 2018 a prueba

Ante el éxito obtenido por el Beetle Dune, Volkswagen decidió ampliar la paleta de colores de esta versión que en su arribo a nuestro país únicamente estaba disponible en color amarillo, blanco y bronce.

Un Beetle Turbo caracterizado 

Pero bueno antes de iniciar con las impresiones que nos dejó este Vocho remasterizado en tono negro, hay que dejar en claro que este Dune puede ser catalogado como la variante GTI o GLI, debido que en la actualidad ocupa la versión Turbo con más de 200 hp. Sólo como dato anecdótico, esta última variante en nuestro país tuvo que cambiar la designación GSR por Turbo, ya que Nissan tiene el registro de estas iniciales.

También debemos hacer mención que en la recta final del ciclo de vida de un producto es justo cuando vemos una serie de ediciones especiales creadas básicamente para darle impulso a las ventas. Pero en el caso especifico del Beetle, las ediciones limitadas han sido un gran aliado. Tan sólo la actual generación, ha visto pasar las versiones Fender, X-Box, R-line, 50 Aniversario, Allstar, Pink, Denim y Dune. Sin embargo, esta última llego para quedarse, ya que como lo mencionamos en un inicio ahora ocupa el lugar de la variante Turbo.

Decorado por dentro y por fuera

Aunque trata de homenajear a los clásicos Baja Bugs de la década de 1960, este Beetle Dune destaca por una serie de decoraciones estéticas, así como el enérgico desempeño que nos tiene acostumbrados el motor de 2.0 litros. Decimos que “trata” porque básicamente todas las adecuaciones van orientadas a lo estético, de ahí en fuera no hay modificaciones en la altura de la carrocería o en las suspensión que permitan un off-road light como el que si lograban los Buggies.

Siguiendo la fórmula del CrossFox y el Cross up!, este Beetle Dune obtiene un tratamiento visual proveniente de un juego de molduras en las salpicaderas, laterales, así como los estribos. Tal vez a simple vista parezca que el vehículo es más alto que las demás versiones, pero ojo, esto sólo es una visión óptica originada por el negro de las molduras, ya que las medidas de altura son idénticas. Otro sellos distintivos son el diseño de los rines de 18 pulgadas en color oro y negro, los calipers en rojo y los adhesivos con la palabra Dune en las puertas. Claro que al estar basado en la versión Turbo, obtiene un sello más deportivo por medio del spoiler, fascias mas robustas con insertos en plata y el difusor.

Como buen auto de dos puertas, el espacio que existe en la fila trasera es casi ornamental,  ya sea hablando de habitabilidad para las piernas o la cabeza, ya que que debido al diseño per se del Beetle el confort atrás nunca fue prioridad. Quien también queda sacrificado en virtud del diseño característico del Escarabajo es el volumen de la cajuela que queda limitado a 284 litros, esto es 14 litros más que el CrossFox y 96 litros menos que el Golf.

Sin importar que el color de la carrocería sea negro, amarillo, blanco o bronce, el interior también recibe una serie de alteraciones que lo hacen ver más deportivo. Una vez adentro lo primero que llama la atención son los insertos en color amarillo -propio de la carrocería en negro y amarillo- en los paneles de las puertas y cuadro de instrumentos, en las costuras de los asientos deportivos forrados de tela y leatherette, así como en el volante y palanca de freno de mano cubierta de cuero. Complementa este trabajo de diferenciación la luminación ambiental -en bocinas y puertas delanteras- en tres tonos y los insertos en gris.

Las amenidades 

Junto a la serie de adecuaciones estéticas, este Beetle Dune recibe una cantidad de equipamiento bastante amplia. Aunque también teniendo en cuenta que vale 400,000 pesos no podías esperar menos, de hecho, el listado comprendido por una pantalla táctil de 6.5 pulgadas con un sistema de información y entretenimiento compatible con Apple Car Play, quemacocos y sensor de lluvia para los limpiaparabrisas, queda a deber la cámara de reversa que fue suplantada por sensores de estacionamiento. De no ser por la nula visibilidad que hay hacia la parte posterior no la extrañaríamos, asimismo, también brilla por su ausencia teniendo en cuenta existen vehículos que la equipan cuando valen la mitad.

Andar turbocargado 

Como lo mencionamos al inicio, al tener como referencia al Beetle Turbo, este Dune tiene un desempeño realmente sobresaliente. Y es que junto al motor de 210 hp hace su aparición una caja automática de doble embrague con seis relaciones, que si bien hoy en día podrían ser pocas teniendo en cuenta como han evolucionado las trasmisiones, el trabajo que hace es de llamar la atención tanto en el manejo enérgico como en la conducción citadina. Además de ofrecer cambios exactos y oportunos, este componente mecánico permite que nosotros tengamos el control al ofrecer la posibilidad de ascender o descender las marchas a través de la misma palanca o por medio de las paletas situadas detrás del volante.

Este Beetle no sólo ofrece un despegue enérgico, aun cuando es muy perceptible el turbolag al partir de cero, sino que también se muestra una agilidad parecida a la de un GTI gracias a que equipa bloqueo electrónico del diferencial deportivo (XDS). Básicamente, este sistema, que también equipa el Golf GTI, Jetta GLI y Polo GTI, detecta las situaciones críticas, especialmente en curvas, y mantiene el automóvil en su dirección ideal al regular el par motor y el control de tracción de la rueda delantera que sea necesaria.

Aun cuando se trata de versión netamente deportiva, a bajas velocidades el manejo es bastante cómodo gracias al equilibro de la suspensión que si bien esta orientada a una cierta rigidez, no abusa por lo que el vehículo no tiene un comportamiento duro. Pero donde si muestra sus dotes de deportividad al 100 es en el consumo de combustible, ya que a pesar de sus compactas dimensiones los cuatro cilindros son más glotones de lo que esperaríamos.

¿Lo compro?

Mirando la cantidad de poder y el precio de este Beetle Dune lo primero que se nos viene a la cabeza es elegir entre este nostálgico auto de Volkswagen o el MINI Cooper. Claro está que ambos rondan el mismo poder, ofrecen diseños retro y gozan de un grado de deportividad. Sin duda es una decisión bastante difícil, ya que ambos también tienen sus pros y contras. En el caso del MINI su gran traba es el costo de los servicios, refacciones y seguro, mientras que el Beetle el tema de la devaluación es mayor que en el caso del auto de origen ingles. Sinceramente, la decisión de elegir entre uno y otro lleva más tiempo de lo que podríamos pensar, aunque si hay que elegir en este instantante nos quedamos con el MINI Cooper.

 

 

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