Luego de que las autoridades venezolanas hicieran un allanamiento ilegal a la planta de General Motors (GM) en Valencia, la división local (General Motors Venezolana), líder en el mercado por 35 años consecutivos, ha tomado la decisión de suspender sus operaciones en aquel país sudamericano.
De acuerdo con GM, la incautación de sus activos en el país por las autoridades públicas, causará un daño irreparable a la empresa, incluyendo a los más de 2,600 empleados, así como a los distribuidores (3,900 trabajadores) y proveedores.
Igualmente, General Motors mencionó que rechaza enérgicamente las medidas arbitrarias adoptadas por el gobierno encabezado por Nicolás Maduro y tomará todas las acciones legales, dentro y fuera de Venezuela, para defender sus derechos.
Cabe mencionar que General Motors Venezolana, establecida desde 1948, detuvo la producción de automóviles en 2015 ante la contracción del mercado automotor local y únicamente está dedicada a la venta de piezas de repuesto desde entonces.
Por último, la compañía estadounidense espera en que se haga justicia y así seguir liderando el mercado venezolano.
