No cabe duda que Ford de México tuvo el inicio de año más intenso y turbulento que pudo haber imaginado, luego de que anunciara la cancelación de la fábrica que se ubicaría en San Luis Potosí para la fabricación de los modelos compactos Ford Focus y C-Max. Se desencadenó una vorágine de comentarios negativos hacia la marca y su falta de compromiso con nuestro país.
La cancelación de la construcción de la planta de SLP obedece a numerosos factores, dentro de los que destaca el hecho de que la demanda del mercado está cambiando rápidamente y los sedanes compactos están perdiendo terreno rápidamente frente a la creciente gama de SUVs pequeñas, lo que hace que una planta de esa magnitud sea inviable. Sin embargo es cierto que Ford permitió que la opinión pública se quedara con la percepción de que la decisión había sido tomada para congraciarse con el que en ese momento era el candidato electo a la Presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump.
Incluso Donald Trump a través de su cuenta de Twitter, agradeció a Ford por la decisión que parecía alinearse perfectamente al discurso de campaña de Trump y el objetivo de trasladar a EU empleos que la industria automotriz ha creado en México durante los últimos 20 años.
Mientras en EU, esta situación creó un efecto de opinión pública positivo para Ford, en México fue justo al contrario y la firma del óvalo azul fue crucificada con saña en las redes sociales y uno que otro medio masivo sensacionalista. Dicho efecto se agudizó todavía más ante la confirmación de los planes de producción por parte de Toyota y General Motors en nuestro país.
Incluso algunas compañías mexicanas, así como el Gobierno del Estado de San Luis Potosí manifestaron públicamente sus decisiones de no adquirir unidades Ford en virtud de la cancelación de dicha planta.
Si podemos culpar de algo a Ford en todo este lío es justamente de esto, el no haber explicado a detalle las verdaderas razones sobre este asunto desde el primer minuto y en adelanto a cualquier reacción de Trump y los medios.
Pasó más de un mes de aquel huracán de declaraciones, Twitts y noticias, algunas muy negativas, otras, tratando de exponer la realidad y ayudar a los consumidores a entender correctamente el contexto de esta decisión. Ahora, Gabriel López, Presidente y CEO de Ford de México se pronunció con respecto del compromiso del fabricante con nuestro país.
¿Se fue Ford de México?
Con cuatro plantas en operación en nuestro país, 9 mil empleos directos, 125 distribuidores que a su vez promedian 100 empleados (12,500 más) y compras a proveedores en México por más de 12 mil millones de dólares, está clarísimo que Ford es una de las compañías extranjeras que más derrama económica y empleo producen no solo de la industria automotriz, sino en general.
Sin embargo Gabriel López exponía que si bien es cierto que la planta de San Luis se canceló, el Focus sí se va a fabricar en nuestro país, solo que en la planta de Hermosillo donde hoy se fabrican Ford Fusion y Lincoln MKZ, también en virtud de que el reacomodo en la demanda está afectando a los sedanes medianos, que también están perdiendo la batalla contra las SUVs.
Adicionalmente, Ford está invirtiendo en México 2,500 millones de dólares en dos plantas que estarán operando a finales del año.
Por un lado, en Irapuato se construye una nueva instalación de 100 mil metros cuadrados en donde se fabricarán transmisiones de nueva generación que no solo proveerá a EU, sino a la India, China, Europa, además de Hermosillo y Cuautitlán.
En segunda instancia, una nueva planta de motores que también se ubicará en Chihuahua (Chihuahua 3), fabricará un bloque de 3 cilindros de última generación y requerirá una extensión de 70,000 metros cuadrados.
Lo anterior, adicional a las 4 plantas que la firma ya opera en nuestro país, ni vale la pena preguntarse si en verdad Ford dejó de confiar en nuestro país. Porque la respuesta es un NO categórico.
Adiós Powershift
La nueva planta en Irapuato fabricará una nueva caja automática hidráulica tradicional de 10 velocidades para vehículos de tracción frontal que paulatinamente y dependiendo del calendario de reemplazo de producto de Ford irá reemplazando a la conflictiva Powershift de doble clutch que tantos dolores de cabeza le ha dado tanto a la marca (lamentablemente no en este año), como a distribuidores y clientes y que tiene sumido a los modelos Fiesta, Focus y Ecosport en una nube de percepción sumamente negativa, con todo y que son todos productos bien equipados en materia de seguridad y de buenos acabados, así como una propuesta de diseño atractiva.
