Antecedentes
La R Nine T scrambler se desprende de la R Nine T que se presentó en 2013 para celebrar los 90 años de BMW Motorrad, sólo que gracias a algunos cambios estéticos y mecánicos, ofrece un enfoque muy diferente.
Se trata del segundo modelo de la división Heritage de BMW Motorrad y a la cual se añadirán otros tres modelos: la llamada versión Pure que será la de acceso, la Racer, con carenado retro y finalmente la Urban GS, una especie de doble propósito retro. Se posiciona justo por debajo de la Nine T normal en cuanto a precio pues arranca en los $219,300 pesos para terminar en los $240,000 pesos con control de tracción y los rines de rayos.
La Nine T entonces será la encargada de cubrir las necesidades de la marca por atender a un mercado de clientes que buscan la personalización y que en muchos de los casos antes no volteaban a ver a BMW.
Ahora, hablando en concreto de esta Scrambler, encontramos algunas diferencias importantes como la suspensión delantera que abandona la horquilla invertida por una tradicional y con mayor ángulo de avance, los cubre polvos de la horquilla delantera que le da un aspecto más rudo, las llantas de tacos que completan el look Scrambler, el faro delantero con tratamiento diferente, el asiento más delgado y largo forrado en piel color camello y por supuesto el escape con salida doble al costado firmado por la marca Akrapovic.
Precio: $240,000 pesos
Características técnicas y mecánicas
La parte del motor y transmisión permanece intacta, es decir el dos cilindros bóxer de 1,200cc enfriado por aire/aceite, transmisión de seis velocidades y entrega final de cardán. Este propulsor entrega 110 caballos y 87 Lb-pie de torque que son extremadamente buenos con un peso de 220 kilos en disposición de marcha.
Otras diferencias no tan visibles son el tanque de combustible, los frenos de menor potencia, los rines de rayos con llantas sin cámara y la suspensión trasera que pierde el ajuste de amortiguación pero sí mantiene el de la precarga.
Confort
La posición de manejo respecto a la nineT normal es evidente, con un manillar más elevado y cercano al conductor, posa pies más alineados a la cadera y el asiento más alto y delgado para poder maniobrar mejor fuera del camino.
Ya dijimos que la Scrambler es ligeramente más barata que la NineT normal y es que los cambios de la suspensión y el marco son parte de los ahorros pues en equipamiento también vemos diferencias. Por ejemplo no tenemos un tacómetro, ni un indicador de marcha engranada o si quiera un nivel de combustible, únicamente el velocímetro con una pantalla LCD que nos muestra dos viajes reiniciables y el odómetro.
Manejo
Al conducir esta R Nine T Scrambler es imposible no sonreír y es que el motor de 1,200 centímetros cúbicos tiene un excelente torque y respuesta sin importar la relación a la que se viaje. Además cada vez que se acelera, se obtiene un ronco sonido metálico muy agradable que le arrancará la sonrisa hasta al más amargado.
La posición de manejo es más cómoda y relajada, no es que la Nine T normal fuera incómoda pero el hecho de acercar el manillar hacia ti, permite mayor soltura en la espalda. Por otro lado, el asiento es más angosto y duro, provocando que no sea una moto para viajes largos.
La suspensión también se nota bastante más firme en ambos extremos y es que al perder el ajuste de la amortiguación atrás, poco se puede hacer al respecto. También el haber cambiado la horquilla invertida tuvo sus repercusiones en el manejo pues la rueda delantera no comunica lo mismo y el ángulo de avance se incrementó.
En pavimento la Nine T se mueve bastante bien, solamente estas llantas con tacos se vuelven muy ruidosas conforme aumentas la velocidad y también no entregan el mismo agarre pero claro, si no las tuviera no podría llamarse Scrambler. La idea es que luzca como aquellas motos de cross adaptadas para la calle de los años 60 y que si quieres, también puedas usarla un poco en terracería. Aquí cabe decir que no es que se trate de una moto doble propósito o una para enduro pero la Nine T Scrambler también es divertida cuando el camino se torna difícil o desaparece por completo.
La versión de inicio no se ofrece con control de tracción, solamente con ABS y de hecho la versión evaluada fue esta, así que pudimos deslizar sin problema la llanta trasera y hasta brincar en algunos baches y topes. En la versión equipada esta asistencia, al igual que el ABS, se puede desconectar sin detenernos y mediante un botón en el manillar.
Si nunca has manejado una moto con propulsor bóxer, la Nine T Scrambler te parecerá un poco extraña pues cuando la arrancas o bajo aceleraciones fuertes se puede sentir ese “jaloneo” hacia un lado que puede desconcertar a muchos. Pero después de un rato de usarla, es fácil acostumbrarse a esto.
Conclusión
Definitivamente la Scrambler es una moto más orientada al uso citadino que para salir a carretera o hacer un poco de offroad. No es que se maneje mal, de hecho es muy divertida pero con la nueva suspensión delantera sí es más complicado girar y retroalimenta menos. Detalles como la suspensión dura y el asiento provocan que no sea tan amigable en viajes largos, eso es algo a tomar en cuenta si la quieres comprar.
Si lo que quieres es llamar la atención, definitivamente la R Nine T Scrambler 2017 atraerá miradas por donde pases pues, como decimos, el diseño es su mayor fuerte.
BMW R Nine T Scrambler - para atraer miradas y disfrutar la ciudad