Evidentemente el bajo precio de la gasolina ha provocado que las ventas de SUVs y crossovers de tamaño grande se vean incrementadas en Estados Unidos. Por el contrario la comercialización de autos compactos ha disminuido, lo que ha incitado que la importación de vehículos fabricados en México haya descendido.
Y es que la mayoría de los sedanes y hatchbacks, que al día de hoy no son los preferidos por el consumidor americano, provienen del territorio azteca, región que exporta aproximadamente tres cuartas partes de su producción local.
De acuerdo con las cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, durante abril las exportaciones de automóviles vio un descenso del 16 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2015, al pasar de 233,515 a 197,020 unidades. Por su parte, en los primeros cuatro meses del año, los envíos de vehículos cayeron un 922,029 a 854,118 unidades, esto es un 7.4 por ciento menos en comparación con el año pasado.
Aun así, México espera cerrar 2016 con un récord de producción gracias a la apertura de la plantas de Kia y Audi.
