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Prueba de Manejo

Mazda CX-5 2016 a prueba

El buen manejo sigue siendo su mejor carta

Mazda CX-5 2016 a prueba

Antecedentes

Son ya tres años de que se presentara al mercado la Mazda CX-5 y con ella esa filosofía de diseño denominada Kodo, así como el conjunto de tecnologías SKYACTIV que involucran: chasis, motor y transmisión.

En el marco del pasado Auto Show de Los Ángeles de 2015, la firma nipona presentó la primera actualización para sus modelos CX-5 y Mazda6. Si bien es cierto no hay cambios mecánicos, las modificaciones se dieron en el apartado estético, tanto exterior como interior, así como en el equipamiento.

El CX-5 2016 estrenó una parrilla ahora de barras horizontales que sustituyen al anterior patrón de panal, faros de niebla, fascias y calaveras.

Precio: $443,900 pesos

Características técnicas y mecánicas

Habíamos hablado que no hay cambios en el apartado mecánico, por lo que encontramos el mismo cuatro cilindros de 2.5 litros SKYACTIV que entrega 186 hp y 184 lb-pie de torque. La transmisión por su parte es automática de seis velocidades y envía la potencia al eje frontal, aunque de manera opcional lo puede hacer a las cuatro ruedas.

En materia de seguridad encontramos 6 bolsas de aire, ABS, Control electrónico de estabilidad ESP, Control de Tracción TCS, así como monitor de presencia en punto ciego y cámara de reversa que NO cuenta con sensores acústicos y que siempre complementan muy bien.

Confort

El CX-5 es el único modelo de la firma que no migró al layout presentado por el Mazda3. Ese en donde encontramos la pantalla flotante colocada en la parte superior del tablero. A grandes rasgos el interior de este SUV compacto se mantuvo igual que antes, sin que ello de ninguna manera signifique algo malo, quizá el único faltante que encontramos sería el Head Up Display retráctil que si ofrece el resto de la gama.

La primera diferencia es que ahora encontramos el sistema Mazda Connect con una pantalla táctil de 7” de muy superior resolución que ya no cuenta con los diferentes botones en los costados para controlar cada función como navegador, audio o  teléfono. En su lugar ahora contamos con el mando central HMI que  permite una navegación por los diferentes menús más simple e intuitiva.

La palanca de cambios con un pomo también de nuevo diseño ya no cuenta con ese patrón escalonado y ahora funciona con una trayectoria completamente recta. Aunque mantiene la opción de cambios manuales al pasarla a la posición izquierda. Adicionalmente el freno de mano ya no es de matraca, sino eléctrico, lo que libera mucho espacio para guardar objetos y para el reposabrazos.

Por su parte, la botonera del aire acondicionado que es automático de dos zonas también cambió por completo, las gráficas ahora son de color blanco y resulta más simple de operar. Volante multifunción y cluster de instrumentos permanecen igual.

En materia de espacio interior, la Mazda CX-5 ofrece lo suficiente para que cuatro adultos de talla media viajen con comodidad.

Manejo

No cabe duda que Mazda CX-5 es un producto muy gratificante para el que se encuentra detrás del volante, quizá el mejor que podemos encontrar en el segmento. La dirección es rápida y retroalimenta muy bien lo que sucede en las ruedas, el motor aunque es del mismo tamaño que el de rivales como CR-V o X-Trail respira mejor y ofrece una curva de par más amplia y plana, lo anterior gracias a este asunto de las tecnologías SKYACTIV que comentábamos anteriormente, el 2.5 litros de Mazda funciona a mucho mayor compresión.

En términos de buen manejo, la transmisión automática, supone una enorme ventaja en términos de respuesta si la comparamos con las CVT de sus rivales más importantes (CR-V y X-Trail), sin embargo esto no es lo único, esta caja fue desarrollada para ofrecer la rapidez de funcionamiento de las de doble clutch, con la suavidad de funcionamiento de las automáticas tradicionales con convertidor de par y hay que reconocer que ajusta rapidísimo y siempre encuentra la relación idónea para cualquier circunstancia.

El CX-5 para 2016 ganó un pequeño botón que se ubica a un costado de la palanca de cambios que nos permite seleccionar un modo de manejo Sport, al activarlo; la dirección se endurece, respuesta del pedal de acelerador es más rápida y la transmisión efectúa los cambios a mayor régimen, al tiempo que hace los cambios descendentes a la primera oportunidad. Con lo que obtenemos un performance bastante más alegre.

Conclusión

La Mazda CX-5 sigue ofreciendo ese nivel de refinamiento y diversión que la hacen una de las opciones más interesantes del mercado, al tiempo que mejoró algunos aspectos de interiores y equipamiento.

Si estamos hablando de las variantes de entrada, en definitiva encontramos que al ofrecer 2.0 litros se queda algo atrás con respecto de la competencia, sin embargo para aquellos compradores que se encuentran en la parte alta del segmento, es decir en las variantes más equipadas, la CX-5 es altamente competitiva y si se valora el buen manejo, es la mejor opción, incluso cuando es algo más pequeña en términos de dimensiones.

 

Mazda CX-5 2016 a prueba

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