Vende tu auto
Motos

Yamaha YZF R3 2015 a prueba

Manejamos la deportiva mediana de la marca japonesa en México

Yamaha YZF R3 2015 a prueba

Antecedentes

Esta es una de las motos que más han causado expectativa en nuestro país, se trata de un modelo de cilindrada media con un enfoque deportivo. Ésta se sitúa entre la deportiva de entrada llamada R15 –con motor 150cc- y una de las consentidas de la marca, la R6.

Su enfoque está hacia personas que inician en las motos deportivas o que quieren dar el siguiente paso de la R15 sin tener que brincar hasta la R6.

Dada su posición de manejo y motor pequeño que no genera tanto calor es una moto que también puede utilizarse todos los días.

 

Precio: $89,900 pesos

 

Características técnicas y mecánicas

Como bien lo indica su nombre la R3 utiliza un motor de 300cc. Se trata de un desarrollo completamente nuevo para la marca y con tecnología de cilindros con silicio para resistir mejor el calor y eliminar la fricción. Éste es un dos cilindros en línea enfriado por líquido de 321cc con inyección de gasolina, doble árbol de levas a la cabeza y cuatro válvulas que entrega una potencia de 41.3 caballos de fuerza y 21.8 libras pie de torque. Éste puede girar hasta las 12,000 revoluciones por minuto. La transmisión es de seis velocidades y la entrega final se realiza mediante una cadena.

Gracias a los 169 kilogramos de peso en disposición de marcha, la R3 2015 es una moto pequeña, potente y ligera.

Al frente encontramos una suspensión de horquilla telescópica y un disco sencillo para el freno mientras que en la parte trasera está el brazo oscilante con un disco más pequeño para el sistema de frenos. En la versión que se comercializa en nuestro país no encontramos el sistema ABS, ni siquiera como opcional.

Esta configuración mecánica y la orientación deportiva la colocan en el segmento de las deportivas medianas como la Honda CBR300R que no se vende en México, la Kawasaki Ninja 300 y la KTM RC390, llega justo a tiempo para la pelea que con pocos meses en el mercado ya es todo un éxito en ventas para Yamaha.

 

Confort

El diseño definitivamente nos recuerda a sus hermanas mayores la R6 y R1, sobre todo en esta combinación de colores azul y plata característicos de la marca. Encontramos un carenado que cubre gran parte de la mecánica, un frente puntiagudo y agresivo en el que destacan los faros de halógeno y el pequeño parabrisas, un tanque elevado pero angosto, dos asientos acolchados y una parte trasera muy delgada que termina en punta. La moto luce más grande de lo que es, quizás sólo la delata el ancho de la llanta trasera que es de medida 140-70 rin 17.

La posición de manejo es muy del estilo de las motos deportivas, con el manillar más bajo y el asiento alto, sólo que en este caso no es tan pronunciado, entregándonos una posición mucho más confortable y amigable para situaciones de todos los días.

El manillar por ejemplo, no está tan cerrado, el radio de giro es como el de una moto urbana, el asiento tiene buen acolchonamiento y recibe gran proporción del peso. Finalmente puede transportar hasta dos personas gracias al asiento trasero y los posa pies de la parte trasera.

Los instrumentos y controles son realmente muy sencillos, encontramos los botones de encendido, de apertura del sistema eléctrico, claxon, direccionales, e interruptor de las luces. El tablero consta de un tacómetro análogo grande y una pantalla de LCD monocromática donde se muestra el nivel de combustible, la temperatura del motor, la relación de la caja engranada, el velocímetro y la información de la computadora de viaje.

 

Manejo

La R3 es una moto sin complicaciones tecnológicas, simplemente una moto liviana con aspiraciones deportivas, un pequeño pero eficiente motor y una transmisión de seis velocidades. Nada de control de tracción, ABS o modos de manejo… únicamente podemos regular la precarga del amortiguador trasero por si viajamos con alguien más en la parte trasera.

Cuando encendemos el motor nos recuerda un poco a cómo enciende la R1 con el motor Crossplane pero una vez que llega a ralentí, el ruido es prácticamente inexistente, de hecho se mantiene así por gran parte del tacómetro, sólo cuando aceleramos más y dejamos que las revoluciones superen las 7,000 rpm es que se empieza a escuchar un pequeño zumbido proveniente del motor y no del escape como en otras motos deportivas.

La respuesta del acelerador es progresiva, para nada intimidante y encontramos torque desde la parte más baja del tacómetro, ayudándonos al uso diario ya que no es necesario forzar el motor para obtener respuesta.

La sensación de moto deportiva se hace presente desde un primer instante ya que parece que va sobre rieles y cambia de dirección muy rápido, sólo que llevada a un paquete mucho más compacto y ligero a diferencias de otras deportivas que hemos probado.

La R3 nos lleva a la más pura esencia de manejar motocicleta, de hecho para llevarlo un poco más a territorios que dominamos en Autocosmos, creemos que sería el equivalente de un Mazda MX-5 de las motos. Simple funcionalidad, deportiva, con un motor decente pero para nada explosivo, creada nada más y nada menos que para disfrutar de conducir.

No nos cansamos de manejar esta Yamaha R3 y la usamos todos los días que la tuvimos en nuestro poder, tanto en ciudad, carretera y autopista. En ciudad, la posición de manejo resulta muy conveniente, es cómoda y el asiento ofrece muy buen acolchonamiento, además el radio de giro es menor al que esperaríamos dejándonos maniobrar perfectamente entre el tráfico. En carretera sinuosa y de dos carriles es donde más la disfrutamos pues el motor tiene excelente respuesta para salir de las curvas y tirar la moto de un lado a otro para tomar las curvas se vuelve una experiencia realmente gratificante. Eso sí, hay que decirlo, para exprimir el potencial de esta moto tienes que trabajar la caja de seis relaciones y el manillar constantemente. Finalmente en autopista es donde menos la disfrutamos, no quiere decir que no nos haya entretenido pues fácilmente logra ritmos de 120 o 140 Km/h sin problema pero aquí la suspensión se llega a sentir demasiado suave y para mantener la velocidad es necesario trabajar la transmisión para no perder la inercia, obligándote a mantenerte en la parte alta del tacómetro, elevando así también el consumo de combustible. La protección contra el viento, aunque no luzca muy importante, realmente hace su trabajo muy bien, desviando el flujo de aire lejos de nuestro cuerpo.

A nosotros nos entregó unos muy respetables 21 Kilómetros por litro que si sacamos cuentas con los 14 litros de capacidad del tanque, nos entrega poco más de 300 Km con una sola carga, nada mal para una moto deportiva a la que no nos cansamos de revolucionar.

En el lado negativo y poniéndonos exquisitos encontramos que los espejos son prácticamente imposibles de ajustar para ver directamente hacia atrás pues por más que lo intentamos, sólo logramos ver nuestro brazo en todo momento. También creemos que los frenos toman un poco de tiempo acostumbrarse pues inicialmente no tienen mucha respuesta y para detenernos hay que mover mucho la palanca. La falta de ABS la pondríamos en este rubro pues creemos que deberían haber dejado que el cliente eligiera pagarla o no pero por ahora no se ofrece ni siquiera como opción.

 

Conclusión

La R3 sin duda nos dio muchos momentos de diversión y a diferencia de otras motos deportivas más grandes la puedes utilizar como transporte de todos los días sin problema. Nos gusta ese toque de nobleza en el manejo pero que también tenga con qué responder cuando se le exige. El motor fue una grata sorpresa pues para ser tan pequeño realmente entrega buena aceleración, en gran parte por que está muy bien engranada la transmisión de seis velocidades.

Creemos que es una gran opción para quienes vienen de una R15 o una moto de menos de 200 centímetros cúbicos y buscan un poco más o para quienes inician en esto de las motos deportivas y quieren aprender.

Finalmente está el precio que nos pareció más que adecuado pues por los $89,900 pesos que hay que desembolsar obtienes una moto sumamente capaz, divertida y que además luce bastante espectacular.

 

 

 

Héctor Mañón recomienda