Antecedentes
Aunque el BMW Z4 no es un lanzamiento reciente (se estrenó en 2009), decidimos que esta nueva versión especial valía la pena una inspección más profunda –eso y que además no podríamos negarnos a pasar una semana con un auto como éste, la verdad.
La gran diferencia de esta versión está en el interior –que detallaremos más adelante- y en el color exterior que es opcional sin ningún costo para el “Design Pure Impulse”. Éste sin duda levantó polémica ya que algunos pensamos de manera personal que a éste auto le vienen mejor colores sobrios mientras que a otras personas sí les gustó como se ve en este llamativo amarillo.
Lo interesante de esta versión es que por un poco más de dinero sobre la versión “normal” obtienes muy buenos extras, convirtiéndolo en una opción interesante.
Precio: $69,200 USD
Características técnicas y mecánicas
Cuando salió en 2009, el BMW Z4 portaba el motor designado como N54 un seis cilindros en línea biturbo de 3.0L con 305 Hp, pero desde 2011 fue sustituido por el N55, que básicamente es una evolución del mismo motor en el que cambiaron los dos turbos por uno solo “Twin-Scroll”, manteniendo los números de potencia y torque (306 Hp y 300 Lb-pie) pero de una manera más confiable.
Aunado al tradicional motor de seis cilindros en línea, está la transmisión de doble embrague con siete relaciones (DKG) que manda toda la tracción al eje posterior, como es tradición en los Roadsters de la marca bávara.
Gracias a esta mecánica, el BMW Z4 2012 logra un tiempo de aceleración de 0 a 100 Km/h de 5.1seg y una velocidad máxima limitada electrónicamente de 250 Km/h.
Interior
Hablando de diseño interior, varios miembros del equipo de Autocosmos coincidimos en que el Z4 actual cuenta con los interiores más atractivos de toda la gama. Mientras que los demás modelos comparten más o menos la misma distribución, el Z4 se cuece a parte y en esta versión, luce todavía más espectacular.
Los cambios inmediatos que se dejan ver son los asientos deportivos forrados en alcántara y piel con las costuras en contrastante color amarillo, el acabado piano de la parte central del tablero, la alcántara en negro y amarillo que cubre el resto del tablero y las tapas de las puertas y finalmente, los tapetes de velour. Con esto, el Z4 luce todavía más deportivo, algo que sin duda fue de nuestro agrado.
Después están los aditamentos obligados en este tipo de vehículo como el aire acondicionado (automático de dos zonas), conexión auxiliar, conexión Bluetooth para el teléfono y dispositivos de música, entrada USB con mandos en el volante, sistema de navegación GPS con pantalla a color de 8.8 pulgadas, reproductor MP3, radio, DVD y disco duro interno de 12 Gb; todo controlado mediante el sistema iDrive de segunda generación.
Lo único que sí notamos y pensábamos que iba a tener es el sistema BMW Connected Drive que permite la sincronización de datos mediante el teléfono y la pantalla del iDrive para utilizar las redes sociales como Twitter y Facebook. Quizás es mejor que no lo traiga en un auto con éstas prestaciones.
Manejo
Si bien es cierto que el diseño exterior e interior del BMW Z4 son espectaculares, el manejo es la “cereza del pastel”. A veces es difícil no escribir con tantos elogios una prueba de manejo de un auto, y sin duda el Z4 es uno de ellos. La precisión, la potencia, la suavidad y sobre todo el balance que logra entre un auto confortable y uno deportivo es uno de los mejores en el mercado.
Al circular en ciudad con el toldo duro retráctil puesto, el aislamiento de los ruidos exteriores se logra muy bien y aunque la suspensión resulta un poco dura y baja, es más cómoda que otros deportivos y en los numerosos “topes” que nos encontramos, pegó en menos ocasiones que su hermano el Serie 3 coupé. Si bien la cajuela no es la más amplia –sobre todo si bajas el “seguro” para permitir que el toldo se guarde en ella- cuenta con suficiente espacio como para dos maletas medianas.
Lo mejor de todo es que cuando la situación lo permite, el retirar el toldo sólo necesita de oprimir un botón en la consola central y todos los pliegues origámicos se llevan a cabo en escasos segundos. No es necesario estar completamente detenido para hacerlo, pero sí circular a una muy baja velocidad.
Cuando quieres ir rápido, simplemente hay que pasar la palanca de la transmisión a modo Sport y seleccionar el modo de conducción Sport con los botones en la consola central y el auto se transforma en todo un deportivo. La respuesta del acelerador se agiliza, la dirección se endurece y la caja permite aguantar más los cambios ascendentes y realizar “kick down” al frenar.
Al entrar rápido una curva, el auto no decepciona, tiene un balance de pesos que se acerca a la perfección lo que a veces te inspira la confianza como para desactivar el control de tracción y estabilidad (DSC y DTC) para poder acelerar antes y jugar un poco con la tracción en el eje trasero.
Los frenos, suspensión y dirección son de lo mejor e incluso sorprende que la dirección sea eléctricamente asistida, de hecho es mejor que la del nuevo Porsche 911 (991) 2012 que probamos hace algunos meses.
Si bien no es el auto más potente (sobre todo si lo comparamos con los autos que tuvimos en el último mes como el Shelby GT500 y Chevrolet Corvette), el balance entre el peso, potencia y torque no decepciona en ningún momento. Los rebases se realizan con facilidad y una frenada de emergencia o maniobra inesperada no descontrolará el auto en ningún momento.
Conclusión
Como podrás haber notado por nuestra prueba, el Z4 es uno de nuestros autos favoritos en Autocosmos y nuestra elección no está injustificada. El manejo, diseño y “practicidad” que ofrece en un vehículo de estas capacidades y dimensiones, es algo dingo de admirarse.
Ahora, entrando más a fondo en el paquete Design Pure Impulse, fuera de contar con un nombre demasiado mercadológico, creemos que es un extra que vale la pena pagar pues es sólo 1,200 dólares más caro que la versión normal lo cual es muy bajo en relación al costo total del auto.
Los extras interiores y de equipamiento sin duda valen más que eso si los adquieres por separado –de ser posible-, sólo de una manera muy personal elegiría un color exterior más sobrio y menos llamativo.