Aunque el Campeonato Nacional de Turismos de Resistencia es una categoría que no recibe mucha difusión, es una de las más completas y profesionales a nivel nacional. La marca participa desde hace casi cuatro años con el equipo Motorsport con dos Bora TDI Cup y un Jetta GLI de cuarta generación, todos especialmente preparados para este fin.
Comenzamos las prácticas con el Bora TDI Cup el miércoles anterior a la carrera con la pista del Autódromo Miguel E. Abed en Amozoc prácticamente para nosotros. La cita fue a las 9:00 am y una vez ahí fue sólo cuestión de armar las sombras del pit lane, sacar la herramienta necesaria, bajar los autos de las plataformas y verificar que estuvieran listos para la acción dentro de la pista.
Hace algunos meses ya habíamos tenido un encuentro con el auto en una práctica en la misma pista pero con un trazado diferente así que las primeras vueltas a bordo del TDI Cup fueron para reconocer el auto y la nueva distribución de la pista. El auto se sentía bien y salvo por unos ajustes en la ventilación de la cabina y de las presiones de la llantas, nos mantuvimos dentro de la pista por varios minutos y a un ritmo bastante constante.
La práctica terminó temprano, pero después de un día de pista, me sientía confiado y listo para el fin de semana. Ya conocía los límites del auto y también dónde podía mejorar, que principalmente eran las frenadas pues gracias al sistema de frenos tomado del Audi R8, te permite llegar poco menos de los 100 m antes de la curva y pararte en el pedal izquierdo sin problemas.
Finalmente llega el sábado, día en que también llegamos temprano para solicitar la licencia de piloto, asegurarnos que el auto esté en óptimas condiciones y también para conocer a mi compañero en esta carrera, el actor Julio Bracho. La primer práctica entre él y a la segunda es mi turno. Algo se siente diferente en el auto, ahora tiende a subvirar bastante más de lo acostumbrado, así que los ingenieros y mecánicos ponen manos a la obra para alinearlo adecuadamente.
Julio entra de nuevo para la última práctica antes de la calificación y cuando se baja del auto, me comenta que el problema del subviraje se ha resuelto y que el auto está mejor que nunca. El equipo prepara el Bora TDI Cup color azul y con el número 19 para la calificación, drenando casi todo el diesel para mantener un peso más bajo y así lograr buenos tiempos de vuelta.
El tercer piloto inscrito con nuestro auto, Juan Pablo Sierra –quien es también el piloto oficial de la marca y quien corrió en el serial en Estados Unidos durante su primer año, nos califica el auto en el quinto lugar de la parrilla. Sólo necesitó seis vueltas y después fue mi turno para entrar a sentir el auto por última vez antes de la competencia.
Efectivamente el problema del subviraje se eliminó por completo y gracias a este cambio y al poco combustible logro tiempos bastante consistentes y que se acercan a los de Juan Pablo quedando a poco más de un segundo detrás de él.
La emoción de la carrera y los nervios me mantuvieron inquieto toda la noche y como sólo pude manejar algunas últimas vueltas durante la calificación del día anterior, me tocó asentar los frenos nuevos y abrir poro en las llantas (también nuevas) en el calentamiento previo a la carrera… a las 8:00 am.
Las primeras vueltas son bastante lentas pues los frenos y las llantas aún no están listas para mantener un ritmo de carrera así que freno bastante antes de la curva y giro con menos agresividad y velocidad que antes. Después de un tiempo, finalmente el auto está listo para la carrera y el calentamiento termina.
Existe un largo lapso de tiempo entre el calentamiento de la mañana y la carrera pues además del Campeonato de Turismos de Resistencia, este fin de semana corren las categorías de Fórmula Vee y 1,600 cc y sus carreras son antes de nosotros. En este tiempo, el equipo se prepara para las recargas de combustible, acomodan la herramienta y también aprovechamos para comer.
Antes de la carrera tenemos una breve junta donde decidimos que la estrategia será a una sola parada y cuando salga la bandera amarilla –pues es cuando más lento giran los autos y no se pierde tanto tiempo. También, Julio y yo practicamos el cambio de piloto que aunque no lo parezca, es mucho más complejo de lo que podrías imaginar. El piloto debe de llegar con el cinturón desabrochado y la malla de la puerta abajo, de esta forma sólo pone el auto en parking (tiene transmisión DSG), el mecánico le abre la puerta y sale lo más rápido posible del auto. El segundo piloto (yo) entra en cuanto está libre el asiento y acomoda los cinturones de tal forma que el mecánico pueda abrocharlos. En este tiempo, Julio desenchufa el micrófono y conecta el mío. Finalmente el mecánico sube la malla y el piloto tensa los cinturones y coloca la palanca en posición, listo para arrancar.
Minutos antes de que inicie la carrera, nos reunimos de nuevo Julio, nuestro Spotter Rubén y yo para afinar los detalles de la carrera. De no presentarse una bandera amarilla a las dos horas de carrera, Julio entraría y haríamos el cambio de conductor pero si llegara antes la bandera, tendría que entrar de inmediato, así que tendría yo que estar preparado desde la primer hora de carrera con el traje cerrado, guantes, casco y sistema de intercomunicación.
La carrera arranca, con Julio en la quinta posición seguido del otro Bora TDI Cup amarillo y el Jetta GLI en cuarto. En la primer vuelta los primeros lugares comienzan a despegarse del resto y el Bora con el número 20 supera a mi coequipero. La carrera se mantiene bastante similar con los tiempos de Julio muy consistentes y con sólo algunas batalles entre él y un GTI blanco que no lo consigue rebasar.
Pasa la primer media hora de carrera y un accidente afecta al Bora TDI Cup amarillo pilotado por Cristopher Ramírez pero sólo pierde la fascia delantera y puede continuar sin problemas. Pasa una hora de carrera, así que es tiempo de alistarme y esperar a la bandera amarilla, la cual nunca llega.
Pasadas las dos horas de carrera, Julio embiste un auto en la parte trasera rompiendo los soportes del radiador del Bora y provocando que se caliente. Entra a pits y hacemos el cambio de conductor sumamente rápido, sólo que el equipo de mecánicos tiene que enfriar el motor y arreglar las aspas del ventilador antes de salir. Los mecánicos trabajan lo más rápido posible, pero aún así somos rebasados por el auto de atrás de nosotros.
En la pista, el auto no se sentía tan bien como en la mañana, los frenos vibraban al exigirle y la temperatura aún por encima del promedio, tenía que descender para funcionar mejor. Con todo esto y tantos autos en pista, lograron poner mis nervios de punta aunque sin consecuencias graves. Mis tiempos de vuelta no fueron los mejores pero por lo menos se mantuvieron constantes.
A veces, cuando iba solo y ningún auto se encontraba cerca de mí, me costaba trabajo no pensar en el tiempo y es que manejar dos horas al límite es bastante cansado pero el terror de perder la concentración, chocar y no terminar la carrera inundaba mi mente así que decidí ignorar por completo ese pensamiento y sólo mantener la misma línea y tratar de mejorar vuelta tras vuelta.
El único contacto con el medio exterior ya que estás dentro del auto es tu spotter, quien te sigue toda la carrera y quien está del otro lado del micrófono. Los pilotos que alcanzas sólo te señalan por dónde los pases y tú haces lo mismo con los más rápidos. Realmente estás sólo dentro de la pista pero el tiempo vuela cuando tratas de que cada vuelta sea más rápida, se pasa mucho más rápido.
Cuando menos lo esperé, escucho en el radio a mi Spotter avisándome que faltaba media hora de carrera, que el auto de adelante estaba tres vueltas delante de nosotros y el séptimo lugar dos vueltas atrás. Así que sólo me dediqué a cuidar el auto y llevarlo hasta la bandera a cuadros.
Terminando la carrera, los autos pasan a la báscula para confirmar que todo esté en orden así que lo llevo y como cualquier Bora de calle, el TDI Cup tiene un buen ángulo de giro y distancia contra el piso, algo con lo que algunos de los otros competidores no cuentan.
Al final del día, quedamos en sexto lugar, pero el Bora amarillo terminó en sexto y el Jetta GLI en quinto así que fue un buen fin de semana para el equipo Volkswagen Motorsport. Sé que suena a cliché pero es verdad cuando un piloto dice que eso no ha sido posible sin la ayuda de todos los que forman el equipo pero es completamente cierto. Desde los mecánicos, los spotters, los pilotos, la logística de los autos y de las piezas, el jefe de equipo, todos deben de estar perfectamente coordinados y entusiastas para que algo así se logre.
El equipo Volkswagen Motorsport tiene un gran reto, pero definitivamente cuenta con las armas para cumplirlo. El Bora TDI Cup es un excelente auto que está bien balanceado entre manejo y potencia con el motor de cuatro cilindros 2.0L diesel de inyección directa Common-Rail. Sus 190Hp y 258 Lb-pie son la clave de todo y aunque sus rivales cuentan con más de 300 Hp, el bajo consumo de combustible que otorga le permite estar dentro de la pista más tiempo y aunque en el caso de las 4 horas de México, esta ventaja no se notó pues es demasiado corta, en otras carreras más largas como la de las 24 horas le han permitido estar en el podio más de una ocasión y ser más competitivos también.