De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), las compañías aseguradoras pagan alrededor de 20 mil millones de pesos por accidentes viales al año, lo que representa únicamente el 12.5 por ciento de los gastos totales.
Entre los particulares, el gobierno y las compañías de seguros se hace frente a poco más de 160 mil millones de pesos por estos siniestros, los cuales traen consigo pérdidas materiales y monetarias que significan al año el 4% del PIB nacional.
El Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes ha señalado, en el marco de la Semana de la Seguridad Vial, que anualmente en el país 24 mil personas mueren y 40 mil quedan con discapacidad permanente tras un siniestro vial.
Este hecho se ha convertido en un problema de salud pública, de altos costos e implicaciones, al representar el 31 por ciento de las causas de muerte al año.
Actualmente las aseguradoras sólo cubren el 26.5 por ciento del parque vehicular nacional que, según datos del INEGI, comprende 30.9 millones de vehículos.
Sin duda en México hace falta avanzar en la cultura de la previsión, ya que un gran porcentaje de la sociedad no dispone de pólizas de seguro para cubrir eventualidades. Hay que recordar que los seguros no sólo cubren los daños materiales de los vehículos involucrados o incluso a la infraestructura del lugar en donde ocurrió el accidente, sino los gastos hospitalarios a los ocupantes y muy importante a terceras partes involucradas.