En diversas partes del mundo existen diversas formas de protestar en algunos casos es en forma de marchas, otra es ayunando pero definitivamente la que se brinca la barda es destruir a martillazos un Lamborghini.
Resulta que China en la ciudad de Qingdao, ubicada en la provincia de Shandong, el propietario de un Lamborghini Gallardo junto con otros hombres que contrató destruyeron a golpe de martillo el peculiar vehículo deportivo como signo de protesta por el mal servicio que recibió de parte de la marca italiana y en honor al Día Mundial de los Derechos del Consumidor.
La destrucción del auto fue hecha de manera pública ante cientos de ciudadanos chinos y fue porque el Gallardo no funcionaba después de haberlo llevado a servicio a un centro oficial de Lamborghini.
En lo que a nosotros respecta que somos amantes de los autos, demoler un auto simplemente por protesta de un mal servicio es de locos, dañar una pieza única como lo es un Lamborghini es no saber apreciarlo en su totalidad y además es tirar el dinero por la borda.
