De acuerdo con Michael Hanley Líder Global para la Industria Automotriz en la firma consultora Ernst & Young, las afectaciones a la industria automotriz mundial provocadas por el terremoto y tsunami que azotaron Japón el pasado 11 de marzo tendrán implicaciones más graves de las que se habían previsto inicialmente.
Se espera por lo pronto que los fabricantes nipones reduzcan en 5% la producción de unidades estimada para este año, para quedar en un total de 8.7 millones de vehículos en comparación con los 9.1 millones proyectados antes del desastre natural. Asimismo pronostican que la producción de automóviles se reanude para finales de marzo, aunque la normalidad regresará no antes del mes de junio en virtud de las afectaciones a las instalaciones de numerosos proveedores de la cadena de suministro, así como los daños causados a la infraestructura (caminos y puertos) que complicarán el movimiento de componentes en los próximos meses.
Para el mercado interno Japonés se espera una caída en ventas a 4 millones de unidades, de las 4.5 millones que se tenían pronosticadas para este 2011 en virtud de que los consumidores en ese país tendrán otras prioridades en los próximos meses, antes de comprar un vehículo. De cualquier manera los fabricantes podrían suplir esta caída enviando su producción a otros mercados.
Si bien es cierto, los principales afectados por estos eventos son los fabricantes japoneses, es importante recordar que en aquel país se ubican muchos proveedores de componentes críticos para toda la industria a nivel global como es el caso concreto de las transmisiones. Prácticamente todos los fabricantes del mundo tienen algún vehículo que emplea una caja de cambios fabricada en Japón.
Ernst & Young también prevé que las inversiones programadas por parte de los fabricantes japoneses fuera de su país sean detenidas para contar con efectivo suficiente para afrontar la reconstrucción de sus instalaciones en Japón, por lo que las inversiones programadas por parte de Toyota, Mazda o Honda para México de cara al 2013 podrían quedar en riesgo.
Hanley también comentó que se abrirán oportunidades para proveedores que suministren componentes iguales a los fabricantes no japoneses, ya que estos últimos intentarán afectar lo menos posible sus planes de producción y por lo tanto buscar en otro proveedor las autopartes que no puedan conseguir de sus tradicionales proveedores japoneses. Lo anterior indudablemente abre oportunidades a la cadena de proveedores mexicana.
Por último, otra afectación altamente probable será el incremento en el precio de los automóviles debido mayores costos logísticos, así como un encarecimiento en el costo del Acero ante la mayor demanda de esta materia prima que se suscitará en los próximos meses para la reconstrucción de Japón.
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