La Carrera Panamericana, una competencia que nació en los años 50´s como parte de la difusión de la “nueva” carretera Panamericana durante el mandato del presidente Miguel Alemán. En su primera etapa duró 5 años, siendo cancelada por los continuos accidentes. Posteriormente se reinició en 1988 para llegar hasta el presente con la edición número 23.
Posiblemente la Carrera Panamericana ha perdido el encanto de ser una competencia que los mejores pilotos del mundo quieren ganar, como lo son las 24 Horas de Le Mans, la Fórmula 1 en Mónaco o las 500 de Indianápolis, aquel glamour de antaño dió pasó a una nueva meta, que era juntar a la elite empresarial, ricos y famosos de diversas partes del mundo para que pudieran sacar a jugar sus valiosos e históricos “coches/juguetes”.
Por otra parte, para los amantes del automovilismo el hecho de ver autos de colección compitiendo en una carrera de resistencia, en plena carretera es algo sumamente atractivo, si a lo anterior se le suma la fiesta que se celebra en cada población a la que llegan todo se torna en una especie de Salón de la Elegancia, pero dinámico y divertido para personas de todas las edades.
Tuvimos la oportunidad de cubrir las primeras 3 etapas gracias a Nissan Mexicana, llegando a Tuxtla Gutiérrez para ver el momento de la arrancada el día viernes por la mañana. Alrededor de 120 autos se dieron cita para ser presentados y partir al complicado y peligroso tramo de Tuxtla a Oaxaca, donde no faltaron los accidentes así como fallas técnicas, principalmente de los antiguos Porsche enfriados por aire, ya que el clima aun a velocidad no ofrecía nada de viento fresco.
La llegada a Oaxaca fue conflictiva ya que el único tramo para el trayecto estaba cerrado, para las etapas especiales y para acabar con el suplicio en Oaxaca se llevaron a cabo plantones, lo cual creó un caos en la ciudad. Esa primera noche de competencia tanto pilotos experimentados como los nuevos en la Panamericana intercambiaron experiencias y descansaron, mientras que el trabajo de sus respectivos mecánicos comenzaba hasta muy tarde en la noche para dejar listo el auto para el segundo día.
El tramo de Oaxaca a Cholula, tenía una parada de descanso intermedia que fue Tehuacán, donde el clima en pleno centro fue festivo, donde muchos de los autos que llegaban ya tenían marcas del combate, desde rayones hasta motores en sus últimos momentos de existencia.
La Carrera Panamericana continúa hasta el jueves 28 de octubre, cuando lleguen a Zacatecas, luego de poco más de 3 mil kilómetros. Pudimos seguir las primeras tres etapas, mientras conducíamos un Nissan Altima 2.5, que si bien no es la mejor opción para tramos rápidos, si lo fue para el ahorro de combustible y comodidad de los pasajeros, además de contar con en el nuevo sistema en la caja CVT que evita el sobrecalentamiento, tomando en cuenta las altas temperaturas registradas, el comportamioento de la transmisión fue muy bueno.